No se como empezar este post, tal vez porque me siento estafado, engañado, manipulado o simplemente porque soy un ingenuo que piensa que la gente es tan sincera y abierta como uno mismo y me dejo engañar por simple ingenuidad.
El caso es que esta semana ha salido a la luz pública un solicitud de reapertura de la vía penal en el triste caso de la Galería de Piedra de Los Cochinos en Los Silos (Tenerife), mediante la presentación de un completo escrito en el que se hace un relación de pruebas y elementos que consideran novedosos para justificar una rectificación del proceso penal suspendido provisionalmente en su día por la Jueza de Icod de los Vinos.
Una vez presentado este escrito en nombre de la familia de uno de los fallecidos, la ahora titular del Juzgado de Icod distinta de la anterior, resuelve desestimar la petición en un breve escrito que fue muy criticado por la parte demandante, según una nota de prensa que fue difundida por todos nosotros, seguidores incondicionales del grupo de Facebook de afectados por el "Accidente de la Galería Piedra de Los Cochinos" como no podría ser de otra forma.
Los medios de comunicación de Tenerife se han hecho eco general y abundante de estos hechos, citando a los interlocutores que se presentaban como actuantes a varios programas de Radio donde se realizaron entrevistas y comentarios sobre esta nueva situación y las perspectivas de éxito del Recurso de Reforma anunciado a tal decisión judicial que parece han presentado sobre la marcha.
Pero es en este momento, cuando me llegan noticias de los familiares de otros afectados fallecidos y heridos en aquel trágico suceso, que me han dejado además de perplejo, seriamente entristecido por no emplear otros epítetos más descriptivos.
Resulta que estos familiares no estaban al tanto de ninguno de estos movimientos, es decir, que nadie se había dirigido a ellos para comunicarles previamente que se iba a presentar este nuevo escrito que por supuesto afecta a su causa, les afecta a TODOS por igual, porque si se reabriera la vía penal sería para todas las víctimas sin distinción y no para una sola.
Claro que esta reapertura en este momento puede ser contraproducente, ya que al mismo tiempo se está a la espera de la resolución de la vía civil que en estos momentos se encuentra pendiente de una Resolución Judicial de la Sala Contencioso Administrativa del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) que al menos produciría según los demandantes una condena en firme y la posibilidad de una indemnización irrenunciable en este caso, proceso que podría verse seriamente afectado en el caso de la reapertura en cuestión que podría paralizar la vía civil en tanto se resuelve la vía penal, lo que sería algo indeseable para TODOS, seguro que para los unos y los otros.
No alcanzo a comprender esta situación de incomunicación entre todos los familiares, no lo comprendí en el primer momento después del accidente pero lo llegué a entender en cierta forma porque los sentimientos, la rabia, el dolor y la impotencia eran insuperables.
Pero ahora, ocho años después de aquel imborrable suceso que me dejó absolutamente marcado, herido en lo más profundo intentando comprender el desarrollo de aquellos lamentables hechos desde el principio hasta su desenlace final, incapaz de conciliar el sueño en aquella aciaga noche en la que me puse en el lugar de los padres de los jóvenes que quedaban por salir, ansioso por ayudar como fuera posible desde la madrugada, destrozado emocionalmente después de volar llevando la muerte desde aquel horrible agujero hasta los brazos de esas familias marcadas ya de por vida, no acabo de comprender como no es posible el diálogo entre todos por el bien común, en beneficio de la mayoría.
No es por una causa monetaria o lucrativa, no; las familias con las que he hablado me han dicho que no buscan una satisfacción económica y me han dado cumplidas razones. Lo que se debe buscar es la unión para lograr la mejor resolución de todos los fines de esta lucha de ellos, de los familiares, de las víctimas, de los amigos, y ha de hacerse de forma ordenada, primero logrando un resolución firme y satisfactoria en la vía civil, para lo que este nuevo escrito de pruebas podría servir incluso de motivación ante su señoría, aun llegando fuera de plazo y finalmente, una vez obtenida esa resolución y con ella en la mano por la vía penal, solicitando con nuevos argumentos esa reapertura, incluida esa sentencia.
Esta unidad de criterio debe ser buscada en este momento más que nunca.
Todos perdimos una parte de nuestro corazón en aquel desgraciado suceso, cada uno lo sufre a su modo y manera; unos luchan a diario por obtener la verdad para satisfacer esa necesidad humana, otros buscan la tranquilidad de la conciencia y generalmente la mayor parte de los familiares buscan la paz de las almas y el descanso eterno de los suyos, pero para eso necesitan que haya además una sentencia de los Hombres, una resolución vestida de toga negra para la satisfacción más íntima, lleve o no lleve el nombre de uno o mil culpables; solo la verdad nos hace libres, también a los que fallecen.
Yo no puedo compararme a ninguno de esos padres y madres que han estado los últimos ocho años con las vidas destrozadas entre psicólogos y tratamientos sin poder recuperar sus vidas, que no han vuelto a trabajar, que no han vuelto a ser felices, que no han vuelto a reír de verdad como lo hacían cuando disfrutaban de sus hijos que se durmieron para siempre aquella noche; yo no sé como se sienten los padres, hermanos, primos, abuelos, tíos, novios o amigos de Mauritzio, Estefanía, Gines, Juan Luis, Eduardo y Javier, pero si sé como me sentiría yo si hubieran sido los míos y por eso me pongo en su lugar.
Pido a TODOS los afectados que lean esto, familiares o amigos, que reflexionen sobre ello, que piensen en que les queda aún un duro camino por recorrer que deben hacer JUNTOS, que solo aunando esfuerzos, ánimos y razones se podrá conseguir lo mejor; Luchar juntos por el beneficio de la mayoría, ese es mi deseo y creo que deben apostar decididamente por hacerlo en este momento.
Háganlo por ustedes, por sus familiares fallecidos, por sus amigos desaparecidos pero sobre todo, háganlo por ustedes que penan en este mundo la falta de lo más querido.
No se hagan más daño, sufrir más no va a consolar su conciencia, solo va a hacer el camino aún más duro.
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