jueves, 7 de abril de 2011

FARISEISMO POLÍTICO Y EL VOTO EN BLANCO


Leo perplejo hoy en el diario La Opinión de Tenerife http://www.laopinion.es/nacional/2011/04/07/twitter-echa-humo-eurodiputadoscaraduras/338599.htmlla decisión de los partidos mayoritarios de la Eurocámara acerca de una propuesta de otro grupo para la congelación de los salarios de los señores eurodiputados y para la recomendación de viajar en clase turista en lugar de otras opciones más onerosas para el bolsillo de todos los contribuyentes.

Lo que me indigna no es que nuestros mal llamados “representantes” se pronuncien negativamente a estas propuestas, que son claramente más que aconsejables en estos tiempos de crisis económica que estamos sufriendo los ciudadanos, ni siquiera que sus respectivas formaciones políticas mayoritarias, conocidas como Socialistas y Conservadores (PSOE y PP por lo que respecta a España) no se hayan pronunciado rotundamente y desde el primer momento a favor de dichas propuestas.

Lo que realmente me indigna y hasta me cabrea es que no hayan sido precisamente estos dos partidos, estas dos formaciones políticas las que hayan liderado las mismas, tanto que hablan ahora en sus mítines y declaraciones electorales de restringir el gasto, de apretarse el cinturón, de congelar salarios a los funcionarios y contratados, de la reforma del mercado del trabajo para la flexibilización laboral a través de la ponderación y moderación salarial y la aplicación de criterios de productividad, etc….

Parole, parole, parole.

Al final, a todos se les ve el plumero, y salvo honrosas y honradas excepciones que tienen nombre y apellidos, y que se negaron a aceptar las directrices de sus respectivos partidos, todos los demás rechazaron estas propuestas de ahorro y reducción del gasto, mirando claro está, únicamente sus opíparos bolsillos y no los de los sufridos contribuyentes, que les seguiremos pagando religiosamente el sueldo para que puedan viajar en bisness o en primera, se compren IPADs y móviles carísimos a nuestra costa, se peguen tremendos homenajes en restaurantes de lujo, se vayan de crucero a no se que país caribeño o a pescar salmones, se compren coches de lujo para sus servicios oficiales o particulares con chofer incluido, se lo gasten en trajes, esmoquins o bragas, me da igual, se permitan colocar a sus hijos, hermanos, sobrinos, tíos, primos y demás familiares, porque al final estos individuos están aquí no para servir a los ciudadanos, sino para servirse de ellos, de todos nosotros.

No viven para la gestión pública, viven de ella, se alimentan y engordan sus cuentas y barrigas gracias a sus privilegiados puestos, porque no saben hacer otra cosa que mentir al ciudadano y escudarse en errores de interpretación, que no sabía, que yo no soy técnico, que los técnicos son otros, que yo solo firmo, que para esos soy alcalde, concejal, diputado, senador, eurodiputado, ministro, etc… Me da igual. En todas las administraciones hay sujetos como estos cuyas actitudes y comportamientos he descrito, muchos, quizás demasiados para lo que este país puede soportar mucho más tiempo, porque el agujero es cada vez más gordo y en vez de tomar el toro por los cuernos y dejarse de vender humo a los cuatro vientos, hay que tomar medidas serias y drásticas para remediar la hecatombe que se nos viene encima.

Por lo pronto, Portugal ya ha pedido el rescate financiero de la UE, y ya se sabe, como dice el refrán, “cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar…”

Y para ello hay que empezar por medidas ejemplares que afecten a ellos mismos, para que los ciudadanos podamos recuperar la confianza en los políticos, como la teníamos en aquellos que al poco de asomar la nueva democracia allá por los años 70 se pusieron de acuerdo para afrontar reformas por encima de sus ideales políticos, con sentido de Estado.

Aquellos políticos y muchos otros que vinieron con posterioridad tenían caché, podían vivir de otras cosas, estaban preparados y se dedicaron en muchos casos a la gestión pública por un afán de servicio público, lejano de los intereses económicos que hoy imperan en muchos de nuestros gestores, que si no están “colocados” se van a la calle, al paro o a pedir favores, porque no saben vivir de otra cosa. Recuerdo que muchos gobiernos estuvieron formados con verdaderos profesionales, con formación sólida y capacidad de gestión.

Hoy lo que vemos es desesperanzador; cuando se están preparando las listas electorales de los ayuntamientos, cabildos o para las cortes autonómicas, hay hasta navajazos políticos, en todas las formaciones y no importa si antes estabas gobernando conmigo o no, ahora coloco a los míos y búscate la vida. El panorama es bochornoso.

Recientemente escuchaba en una Radio local (Radio El Día), a un político de los de antes, de los que no necesitan “vivir de esto” como dice él, D. Alfonso Soriano y Benítez de Lugo, el cual manifestaba su absoluto asombro por lo que ha conocido en la política local, es decir, dentro de la corporación del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, donde ha estado de concejal este último mandato. Decía que sabía que la situación era mala, pero no tanto, y hablaba en términos que no me atrevo ni a repetir, deseando que su mandato se acabara cuanto antes.

Por eso mi única ilusión es que esto cambie, que cambien las reglas del juego, por ejemplo la legislación electoral y que a nuestros representantes los podamos elegir directamente en listas abiertas, sin pasar por el embudo de la partitocracia actual, que decide quien o quienes van en las listas y en que puesto, colocando a muchos de estos indeseables de la política, hipócritas y fariseos de la vida pública, que vienen a vivir de ella y no a servir a la sociedad.

Fariseo.(Del lat. pharisaeus, este del arameo pĕrīšayyā, y este del hebr. pĕrūšīm, separados [de los demás]).

1. m. Entre los judíos, miembro de una secta que afectaba rigor y austeridad, pero eludía los preceptos de la ley, y, sobre todo, su espíritu.

2. m. Hombre hipócrita.

Y mientras tanto me contentaré con la opción del Voto en Blanco, es decir, como no quiero votarlos con “V” los Botaré con “B”, que es a mi entender la mejor manera de manifestar a la “Clase política” mi desacuerdo y mi repulsa por su mala gestión, y que quiero que esto cambie.

Esta opción, tratada ampliamente en la obra de José Saramago, Premio Nóbel de Literatura en 1998 “Ensayo sobre la lucidez”, es una posibilidad contemplada en nuestro ordenamiento, y se puede explicar según la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, en su artículo 96, punto 5: "Se considera voto en blanco, pero válido, el sobre que no contenga papeleta y, además, en las elecciones para el Senado, las papeletas que no contengan indicación a favor de ninguno de los candidatos".

Fuente Wikipedia: En España el método de contabilización electoral es el de la Ley D´Hont. Este sistema, a diferencia de otros como el Sainte-Laguë, distribuye de forma poco representativa -aunque proporcional- los votos. En España, el porcentaje mínimo para tener representabilidad es del 3%, a nivel nacional siempre. El sistema electoral, gracias a esta ley de distribución de votos, funciona por cocientes. El voto en blanco se suma al número total de votos del escrutinio, a partir del cual se calcularán los porcentajes de representación. Así, un elevado voto en blanco significa elevar considerablemente el número de votos necesarios para llegar al 3% del total, lo que dificulta la obtención de representatividad de los partidos minoritarios.

Lo ideal a mi entender, es que los votos en blanco dejaran también en blanco los escaños para los que fueron emitidos, como castigo a toda la clase política, pero la ley no lo contempla.

Por ejemplo:

-Si existen 10.000 votos para un total de 7 escaños, el primer escaño se conseguiría con 1428 votos.

-Si hay 10.000 votos a candidaturas + 5000 votos en blanco para un total de 7 escaños, el primer escaño estará a 2.142 votos (15.000/7)

-Esos 5000 votos en blanco no se asignan a ningún partido directamente, sino que se acumulan en los partidos más votados pues tienen más fácil acceder al cociente porcentual de representatividad. Que haya un 20% de votos en blanco no significa que el 20% de los escaños vayan a quedarse vacíos, en absoluto. Los escaños que corresponderían al voto en blanco se reparten entre el resto de grupos parlamentarios. El voto en blanco no se anexa a ningún otro tipo de votos. Es independiente y no es dirigido hacia nadie; no influye. Sin embargo el resultado en España si influye, y perjudica claramente a los partidos minoritarios que se presenten, favoreciendo a los que más votos hayan recibido.

También influye sobre las cantidades de dinero que los partidos políticos obtienen en base a la representatividad obtenida, pero no por el número de votos particulares, sino por el tanto por ciento del total, y como los votos en blanco SI se computan, el tanto por ciento de los votos es menor, con lo que reciben menos dinero de los contribuyentes, es decir de usted y de mi.

En cualquier caso, lo único que nos queda es rezar para que esto no reviente en una manifestación popular como las de los países del magreb africano, con revueltas contra la corrupción generalizada y la falta de interés en las clases más desfavorecidas, que hoy por cierto, somos la gran mayoría de los españolitos de a pie.

Claro que, siempre nos podemos "colocar" en alguna lista…