miércoles, 1 de mayo de 2013

1 DE MAYO, DÍA DEL PARADO


Este primero de mayo se presenta frío y amenaza lluvia, una oportunidad para el ocio y la celebración del día del trabajo, en un país con más de 6 millones de parados... 

...Y 20 millones de quietos, que son los que ni votan, ni salen a las calles, ni participan en fenómenos sociales, ni colaboran, ni son solidarios, ni se comprometen con esta sociedad, los que pasan la tarde viendo tele cinco tumbados en el sofá de casa en una burbuja de tele basura inmunda que les lava el cerebro y les aparta cada vez más de la realidad, los que viven de espaldas a la miseria y la desgracia de muchos conciudadanos desahuciados de nuestra maltrecha sociedad del bienestar, los que juegan al golf o al paddel con sus colegas de negocios inmundos, basados en sociedades interpuestas que no pagan impuestos, que evaden capitales, los que pregonan una cosa y luego hacen otra muy distinta, los que prometen y luego no cumplen, los incompetentes, los miserables de corazón, los malos gestores, los colocados, los enchufados, los que sobran en la política, en la vida pública o en la gestión de lo de todos porque no hacen otra cosa que servirse a si mismos, los inamovibles, los rastreros, los asesinos y ladrones, los avaros banqueros y los que les bailan el agua, los que permiten que España se vaya a la mierda por no dar su brazo a torcer, los que fomentan embajadas de mentira para fuga de capitales, los consejeros políticos, los asesores que nadie conoce, los pesebreros políticos, los que solo piensan en su paguita a costa de todos, los sindicalistas de boquilla, los vendedores de humo, los junta letras a sueldo, los puritanos, los mentirosos y los que permiten que se les mienta descaradamente y no hacen NADA, los que no dimiten nunca, los nacionalistas recalcitrantes y de ocasión, los que no reconocen sus errores, los que no se mojan ni bajo del agua, los pervertidos, los explotadores, los tesoreros inmundos, los falsos testaferros, los defraudadores, los ciegos y sordos de corazón y en fin todos los despreciables seres que se aprovechan de nuestros ciudadanos.

Si todos tuviéramos un mínimo de compromiso con la sociedad llegaríamos más lejos, conseguiríamos parar esta debacle, saldríamos del agujero y volveríamos a crecer, crearíamos empleo desde la confianza y la empresa, recuperaríamos muchos derechos y volveríamos a ser una gran nación y no el hazme reír de Europa y del mundo mundial. 

Un país con semejante tasa de paro, que tiene que mendigar para que otros países o mercados no le intervengan es una mierda de país. Si no tenemos entidad ni solvencia para estar en un mercado, o en un club, pues lo lógico es abandonarlo. No somos los españolitos de a pie los que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, al menos no la mayoría, la inmensa mayoría... son los Estados, los que han permitido que se produzca este desastre, al querer mantener un estatus inexistente, en una burbuja política y económica que durante mucho tiempo se empeñaron en negar a pesar de las evidencias y las denuncias. Porque lo importante era pertenecer a ese selecto club, a la Champion Ligue de la economía mundial, al mercado de los mercados, querían veranear donde todos, tener cuentas en Suiza o en paraísos fiscales como todos, tener los mejores aeropuertos, organizar las mejores olimpiadas o las mejores ferias mundiales, hacer obras colosales, faraónicas, gastar lo que no teníamos, engordar el bolsillo propio y el de sus correligionarios y luego echarle la culpa al vulgo, porque se compraba teles de plasma o cambiaba de coche.

Poca vergüenza es lo que hay en este miserable país  que no tiene medios para exigir que se cumpla la ley con los más fuertes, con los banqueros o políticos, pero si con los ciudadanos de la calle. Un país donde se conceden indultos a los altos cargos de Bancos, empresas o partidos y se condena sin remisión a personas que fueron obligadas por situaciones de fuerza mayor a cometer delitos en otros tiempos y ahora se habían rehabilitado por mor de la tardanza de la Justicia. Un país que se ha dedicado a regalar dinero amparado en cuestiones solidarias que nunca se han justificado lo suficiente y mientras le niega el pan y la sal a muchos miles de pobres que ahora pasan hambre, que no tienen para alimentar a sus hijos, que mendigan de las administraciones mientras éstas siguen jugando a la política en su puñetera burbuja y al final tienen que ser otros, las Ongs, las empresas privadas o los particulares los que les organicen los maratones para recoger la comida que las administraciones no procuran para sus administrados.

Un país en el que los medios de comunicación más grandes están vendidos al mejor postor, al que le proporcione las licencias, les pague la publicidad o controle a sus directores, redactores y hasta haga los editoriales, frente a otros pequeños, independientes, nada oficialistas, privados, que se juegan su capital sin ventajas fiscales, sin poder competir en igualdad de condiciones, sin publicidad institucional pero con mucho esfuerzo y sobre todo, ofreciendo la verdad de los ciudadanos, las opiniones de personas comprometidas y dan ejemplo de libertad de prensa o de opinión.

Es el mundo del revés, y España no puede seguir en esa senda, necesita un cambio en las estructuras y en el modo de hacer y ver la política, que se haga desde los cimientos, necesita una segunda transición, que la acometan aquellos políticos e intelectuales que ahora están jubilados o postergados de las formaciones actuales, que protagonizaron nuestra transición democrática, que demostraron que con voluntad y diálogo se puede llegar a superar cualquier situación, que antepusieron el beneficio de la mayoría a cualquier otro fin.

Yo quiero que vuelvan aquellos políticos  que no eran tan mediáticos sino pragmáticos, que no cacareaban tanto sino que hacían sus trabajo, para que recuperemos la confianza en esa actividad necesaria en nuestra sociedad, garante del buen gobierno y mejor administración de lo de todos, de lo público, que tenemos obligación de gestionar de forma adecuada y solidaria.

Pocos motivos para celebrar hoy, quizás si somos capaces de invertir esta tendencia logremos que vuelvan los motivos para celebrar el día del trabajo, de los derechos de los trabajadores.

Como sigamos adelante con este desastre a lo peor tendremos que celebrar el día del Parado, porque habrá sin duda más gente sin trabajo que ciudadanos con empleo.