sábado, 12 de febrero de 2011

LOS SILOS 4.0 - TRISTE ANIVERSARIO


Se han cumplido cuatro años de la tragedia de Los Silos. Ayer día once y sobre todo en la tarde noche y madrugada del día de hoy, doce de febrero, se cumple el cuarto aniversario de una historia de tristeza y desesperación, de ilusiones trucadas, de espera con amargura y finalmente de luto.

Salvo un par de reseñas en un periódico local y una nota breve en un noticiario de radio, nada más para recordar a esta sociedad canaria, a nuestras gentes y a nuestras familias que aquel desgraciado suceso acaeció hoy hace apenas cuatro años y parece que fue hace un siglo, porque salvo en la memoria de los familiares, de los supervivientes, de los amigos y de unos pocos que sufrimos aquellas indescriptibles horas de muy diversa manera, a nadie más parece alcanzar la memoria de aquel luctuoso día.

Y si no fuera más que por la memoria de aquellos seis jóvenes que perdieron la vida de forma injusta e injustificable, jóvenes con nombres como Ginés, Estefanía, Mauricio, Juan Luis, Javier y Eduardo, que podrían haber sido mis propios hijos y precisamente por eso no pude apenas dormir esa fatal noche escuchando por la radio las noticias que la radio ofrecía casi a cuentagotas, y si no fuera por su memoria digo, que menos que un titular en todos y cada uno de los medios sean de prensa, radio o televisión, pero no solo por recordar ese fatídico día, sino por exponer que ha cambiado desde entonces, que soluciones se han aportado para que no vuelva a pasar un episodio como éste, como están las investigaciones sobre lo sucedido y si se han aportado más pruebas al proceso civil, como se han recuperado las demás víctimas de aquel accidente, como viven después de cuatro años sin sus familiares o amigos, acaso han vuelto a la puerta de aquella tenebrosa galería a tranquilizar sus almas, los propietarios de aquella propiedad han asumido la responsabilidad por lo ocurrido, y que pasó con aquellas grabaciones del 112 que salieron el pasado verano, se ha investigado más sobre aquellos hechos…

Muchas preguntas en el aire, muchas dudas insatisfechas, muchas calladas por respuesta.

Pero es necesario que por la memoria de aquellos seis jóvenes, estas dudas sean aclaradas, ahora que el tiempo nos permite mirar hacia atrás con otra perspectiva. Es un ejercicio necesario para todos, para los familiares, los heridos, los compañeros ilesos, los amigos, los miembros de los equipos de rescate, los vecinos de Los Silos y especialmente los de El Palmar.

Que bueno hubiera sido que aquella llama que en aquellos primeros momento se encendió para iluminar la verdad sobre lo sucedido se hubiera mantenido viva, en los medios de comunicación o en la opinión pública. Seguro que hoy estaríamos hablando en otros términos a pesar de recordar aquellas muertes sin sentido y los familiares y amigos estarían mucho más tranquilos a pesar de su irreemplazable pérdida y su inmenso dolor.

Hoy, cuatro años después, apenas una misa… encima fuera de Los Silos, donde esperaba encontrarme con todos los afectados, un reseña local y treinta palabras en un noticiario radiado.

Que poco vale la memoria de nuestros hijos para esta sociedad desmemoriada.

Que mala conciencia tiene esta sociedad interesada y mercantilista, que no recuerda ni la pérdida de sus tesoros más preciados, nuestros jóvenes, nuestros hijos.

Nunca os olvidaremos.

Descansad en Paz.

Ginés Ramírez Alemán, Estefanía Peña Febles, Javier de Souza Sánchez, Maurizio Paniello, Juan Luis Medina Trujillo y Eduardo Delgado Donate.

viernes, 11 de febrero de 2011

YO ESTOY CON MOISÉS


Como explico en la cabecera de este Blog, uno de los motivos de su existencia es precisamente comentar noticias o hechos noticiosos que salen en la prensa de Canarias, como expresión libre de lo que la lectura de ellas me produce de forma muy personal, intentando hacer público lo que pienso, con la misma libertad que esta tecnología me permite, provocando la reflexión de aquellos que con la misma libertad me leen.

Pero en este caso, el tema no es noticia, o mejor dicho, no es noticiable pero no por las características del hecho sino por el grotesco silencio al que los “profesionales” de los medios se han plegado escudados en una extraña solidaridad mediática que no alcanzo a entender,... y me explico.

Moisés Pérez es un fotógrafo de noticias, un fotoperiodista de raza que se ha jugado el pellejo en multitud de ocasiones por obtener la foto que avala la noticia que luego se vende en los medios de comunicación. No hace falta recordar las penurias y los sufrimientos de un reportero gráfico de guerras como la de los Balcanes o que haya vivido experiencias similares en Sudamérica o en el Magreb africano, sobre todo aquellos que se han jugado el tipo por obtener “LA FOTO”, no cualquier imagen, sino aquellas que han sido portadas en medios nacionales o incluso internacionales.

Y este “PERIODISTA” que sin haber hecho la carrera como muchos otros que trabajan o incluso dirigen medios de comunicación, que ha puesto en las portadas del medio al que ha dedicado casi 20 años, a diario su mejor trabajo en forma de imágenes espectaculares, primicias informativas que han conseguido llevar a nivel nacional a este medio de comunicación regional, que ha salido hasta en la tele de moda con temas de famoseo ahora tan de moda, se ve ahora denostado, injuriado y despreciado por aquellos que desde hace ya unos años le prometieron solucionar y regularizar su situación, y que por su buena fe y su lealtad ha estado soportando estoicamente hasta el día de ayer, en que dijo “BASTA YA”.

Moisés está en huelga de hambre justo delante de la puerta del que fuera su medio de trabajo hasta ayer mismo, está en huelga de hambre por la dignidad y por la justicia, la misma dignidad y justicia que desde hace muchos años ha defendido en el ejercicio de esta profesión del periodismo, que ahora muchos de sus “COMPAÑEROS” le niegan al obviar su situación en los medios, no solo en los propios que sería comprensible, sino también en los ajenos, cumpliendo la máxima que dice “perro no come carne de perro” tan extendida entre éstos.

Y es que Moisés no esperaba la solidaridad de nadie en especial, ni siquiera la de muchos otros compañeros que han perdido sus puestos de trabajo en estos tiempos de crisis tan dura para todos, y que se han visto afectados por los ERES de sus empresas mediáticas, ya sean de prensa, radio o televisión. No, estas víctimas de la crisis también han sido ignorados precisamente igual que él. Lo que diferencia a Moisés de éstos es el maltrato a que ha sido sometido sobre todo en los últimos tiempos, el engaño permanente por parte de quienes le prometieron arreglar “LO SUYO” y no hicieron nada, pensando que como otras veces, Moisés se callaría y seguiría trabajando como ha hecho siempre, contentado con las típicas expresiones: (el mes que viene hablamos… no te preocupes que lo solucionamos a fin de año… tranquilo que a primeros de año habrá cambios y se arregla…). Pero ya no aguanta más.

La crisis ha sido de tal magnitud que a Moisés no le ha quedado otra que plantarse y denunciar su situación ante la jurisdicción laboral, y al tiempo, tomar la decisión libre y meditada de ponerse en huelga de hambre en Santa Cruz de Tenerife, justo delante de la sede de su periódico, porque no aguanta más faltas de respeto, no aguanta más llamadas de teléfono amenazantes, no aguanta más desplantes, no aguanta más tomaduras de pelo.

Si esto no interesa a sus compañeros “periodistas”, sean fotógrafos, reporteros, editores, redactores, cámaras, presentadores, etc…. a quién narices le va a importar. Es que no se dan cuenta que por ese falso corporativismo, lo que están haciendo es el caldo gordo a las empresas, cuyo único interés es hacer caja y ahorrar en costes de forma obscena, echando a la calle a profesionales o explotando a otros que dejan en sus plantillas y que no rechistan para que no los echen igual que a los otros.

Ya no hay derechos ni libertades, cuando la libertad de expresión está coartada desde la raíz en la misma persona de quienes tienen que informar, que podemos esperar de aquello que nos cuentan… o lo que callan.

Muchos años de luchas por la libertad de expresión, por la libertad de información, por la existencia de una profesión que dignifique al cuarto poder como describieron autores y gobernantes. Toda esa lucha, que en una democracia debe reflejarse en unos medios de comunicación libres, donde unos trabajadores puedan realizar su trabajo en unas condiciones dignas, percibiendo unos sueldos dignos y ajustados al trabajo que realizan, donde no te amenacen con echarte porque no escribas al dictado, donde no tengas que callar lo que es noticia porque incomode al que paga la subvención o los anuncios, donde los periódicos sean eso, reflejo de la realidad y de las noticias con la mejor información y el mejor grafismo, y no se conviertan en gacetillas donde los poderosos hacen propaganda pagada además por todos los ciudadanos.

Moisés está en huelga de hambre por la dignidad de esa profesión, aunque sus “compañeros” temerosos de sus jefes, directores y redactores no se atrevan a protestar o siquiera informar de su situación. A Moisés le da igual, está acostumbrado a batallar solo, sin esperar favores de nadie, ni siquiera de esos a los que con su actitud de protesta defiende.

Pero lo que más me preocupa es su salud, porque Moisés Pérez sufre de diabetes y debe estar continuamente cuidado y medicado, y esta huelga de hambre va a agravar esta preocupación, porque puede entrar en coma en cualquier momento. Respeto su posición, sabe que no comparto en el fondo la medida tomada, la huelga de hambre, pero la respeto profundamente, y espero que no llegue más allá con su decisión, porque creo que como ejemplo de protesta, en su situación delicada de salud, con un solo día de huelga le hubiera bastado, pero me temo lo peor porque conozco a Moisés y sé que no se rinde fácilmente.

Pase lo que pase, quede aquí este alegato por la dignidad y la libertad para vergüenza y escarnio de muchos que debieran plantarse como Moisés y no permitir ni un día más que se siga produciendo esta sangría en estas empresas de medios de comunicación, que tanto daño está haciendo a la libertad de expresión, información y opinión en nuestra tierra.

Un abrazo Moisés.