viernes, 31 de diciembre de 2010

QUE GANAS TENGO QUE SE ACABE...


Estamos a pocas horas de llegar a ese momento del cambio de año, de este último día de 2010, y por más que quiero buscar cosas buenas de las que deba acordarme en el futuro, ocurridas en este que se acaba, pesan más los malos recuerdos.

Recuerdos de los peores momentos de la crisis económica, de una sociedad enferma de paro, de necesidades sociales, de dificultades económicas. De una sociedad enferma por culpa de unos malos hábitos y unos reprochables comportamientos de muchos de los miembros de la clase política, tanto los que ocupan el poder como los que aspiran a obtenerlo, de unos peores ejercicios de los banqueros, inmobiliarios, constructores, empresarios, consejeros, directores generales, de muchas empresas públicas y privadas, de los consejos de administración, de los asesores políticos, de los subdirectores, etc., que han permitido con sus acciones y omisiones que estemos hoy sumidos en una situación preocupante, muy preocupante, pero para los demás, para el resto de los ciudadanos, la gran mayoría de los hombres y mujeres de este país, que han visto reducidos sus sueldos, perdidos sus trabajos, cerrados sus negocios, disminuido su estatus económico y social etc. Y lo peor, es que muchos de nuestros conciudadanos, pasan hambre, malviven con pensiones miserables (quienes la tienen) o no tienen nada para subsistir más que una ayuda social que llega a veces tarde y mal.

Y mientras estos desalmados que nos han metido en este agujero a todo el país, se regocijan con sus opíparas gratificaciones de Navidad, con sus pensiones vitalicias, con sus groseros sueldos millonarios, y siguen disfrutando de sus coches oficiales, sus móviles, sus tarjetas VISA, sus asquerosas prebendas, mirando por encima del hombro a los demás y siguen gastando lo que no es suyo, dilapidando lo que es de todos, repartiendo beneficios entre sus socios de consejo, o entre sus familias o amigos.

Y como somos al final unos borregos, nos da igual, pensamos que es lo que nos toca, que si estos pueden es porque se lo merecen, porque no alcanzamos a comprender que está precisamente en nuestra mano acabar con este absoluto disparate y darle la vuelta a todo.

Estoy harto de ver a la gente lamentarse por las desgracias ajenas o propias y que luego, cuando llega el momento de dar un puñetazo en la mesa, se esconden en la masa y se dejan engañar por unos y otros, sin darse cuenta que lo que hacen con este comportamiento es echarse tierra encima y justificar su desgracia.

Tampoco me valen los que se conforman con la alegría de una copa del mundo, con un título de liga o de copa, con una campeonato de lo que sea, con un Oscar, etc., o los que se pasan el día viendo programas basura en la tele para poder contarse luego las chorradas que unos gritan a los otros, como si fuera lo más importante que sucede alrededor nuestro.

Cuando aprenderemos a tomar decisiones soberanas y a hacerlas cumplir, como propugna en el espíritu y en la letra nuestra carta magna. Dice la Constitución, que la soberanía reside en el Pueblo, y no veo por ninguna parte ni a una ni al otro.

En este país la soberanía ya no reside en el pueblo, está en manos de los poderes económicos, que a la vez controlan los poderes políticos, y si no es así, que me expliquen por qué se ha hecho lo contrario a lo que demanda el ciudadano.

Cuando los bancos y la burbuja inmobiliaria reventaron, lo que hicieron los gobiernos occidentales fue acudir en su ayuda, y todos aquellos miles de millones que les fueron inyectados, luego fueron exhibidos groseramente como beneficios bancarios, que luego repartieron como incentivos, productividades y otras miserias entre los directores de esos mismos bancos, que ya gozaban de buenos sueldos blindados. Por supuesto, también los segundos y los que les seguían en la lista se beneficiaron de estos réditos.

Y al tiempo que los bancos engordaban, los ciudadanos a los que se les había dejado sin trabajo, sin sueldo, sin posibilidad de pagar las hipotecas que tan fácilmente obtuvieron por estos banqueros, ahora debían dejar de pagarlas perdiendo las mismas y con ello todo lo que hasta la fecha habían atesorado.

El banco nunca pierde.

Una vez me contaron que cuando le debes una cantidad pequeña a un banco, pongamos 60.000 €, tú tienes un problema. Pero si le debes 60 millones de €, es el banco el que tiene el problema.

Poco más o menos es lo que ha pasado. El Estado, endeudado en todas las administraciones públicas (ayuntamientos, cabildos, diputaciones, comunidades autónomas y administración central) a las que no había enseñado a gastar lo justo, a no pedir más allá de lo necesario, a gobernar bien nuestro dinero, ahora se ve en la obligación de atender a estos bancos que le han estado ayudando a malgastar y dilapidar la pólvora del rey, y claro, para eso están los políticos, para arreglar los entuertos de los grandes, ricos y poderosos mientras reparte migajas al resto de los ciudadanos, al tiempo que les aprieta cada día más y más el cinturón, con impuestos sobre luz, agua, butano, tabaco, combustibles, etc.

Alguien dijo “Si la mierda fuera dinero, los pobres nacerían sin culo”, y así nos han dejado, en la mierda y con el culo al aire, mientras se despellejan (solo en el aspecto teatral) entre unos y otros para echarse en cara lo que unos no han hecho y lo que otros han dejado de hacer. Si al final todos son iguales, salvo que me lo demuestren con hechos, y no con palabras y promesas que luego se lleva el viento, como todas las que se nos hacen en esas campañas electorales que por cierto, cuestan también una millonada y no valen para nada.

Se me ocurre que a los políticos sean del partido que sea, los promocionen y les paguen directamente las empresas y los bancos, al menos así no se llevarían nuestro dinero, total si al final van a acabar dirigiendo las mismas o como asesores en sus consejos.

Este año se acaba y empezará otro, que quisiera afrontar con ilusión, con ganas de renovar, con esperanzas para todos los que lo están pasando mal, para aquellos que todavía resisten pero si sigue esto así, acabaran en el mismo agujero, con fuerzas para hacer más cosas y mejores cada vez, con la ilusión de encontrar a alguien que lidere a nuestra sociedad con nuevas ideas, renovados esfuerzos, mejor preparación, buena voluntad, capacidad y sobre todo un buen corazón.

Quizás estoy pidiéndole mucho a este nuevo año, pero al menos esta noche y mientras que coma las uvas, me afanaré en pedir eso, un futuro para este país y para todos nosotros, para nuestros hijos, para nuestros padres, para nuestros jubilados, parados, enfermos, disminuidos, necesitados todos.

Y al año 2010 le diré:
TANTA PAZ LLEVES COMO DESCANSO DEJAS…

Feliz 2011.

martes, 14 de diciembre de 2010

MI AMIGO PEDRO




Hoy aprovechando mis vacaciones salí a hacer fotos, y para encontrar un lugar diferente desde el que realizar panorámicas de Santa Cruz, me dirigí a la montaña de Taco, sobre el barrio de las Moraditas. Desde allí el paisaje se contempla esplendoroso, con claridad y luz se sacan unas fotos espectaculares, y uno se siente casi volando sobre las casas y los tejados de fábricas de los polígonos cercanos.


Una vez tomadas unos centenares de imágenes, bajé por la ladera hasta el barrio de las Moraditas de Taco, y deambulando por sus estrechas calles de nombres gomeros casi todos, llegué hasta un pequeño claro entre las casas, desde donde se podía divisar una vista espectacular de la capital, con el mar y la montaña a ambos lados, favorecido por el sol radiante de las 12 del mediodía.

Y mientras estaba en ese lugar, se me acercó un joven bien aseado que creyéndome un guiri de los que hacen fotos no descansó hasta que le hablé en mi lengua nativa, que no es otra que el castellano, preguntándome por mi condición hasta en nueve idiomas diferentes (creo recordar Inglés, Francés, Italiano, Portugués, Chino, Japonés, Ruso, Catalán y finalmente en español).

Su lógica sorpresa no era ni por asomo parecida a la mía, ante esa exhibición lingüística, pero lo que de verdad me llegó a impactar y casi me rompe el corazón y el alma misma fue su historia, que recibí de sus propios labios de forma pausada y nerviosa y que me gustaría contaros a continuación.

Pedro nació hace ya treinta y cinco años, en el seno de una familia numerosa, muy numerosa, como las de antaño. Tiene ocho o nueve hermanos, no sabe precisar muy bien, recuerda a duras penas el nombre de todos pero si recuerda otras cosas que le han marcado trágicamente su vida.

Con tan solo siete años, fue violado hasta en tres ocasiones por su tío, en su misma casa. Su padre, que ahora está ingresado en Santa Rita, le indujo al alcoholismo desde muy pequeño, porque según me contó, su padre le decía “bébete un vaso de vino para que te hagas un hombre..”. Su madre y una hermana que tiene inválida se hallan ingresadas en el Febles Campos, el resto de sus hermanos salvo dos hermanas que viven por el sur y a las que la vida les va relativamente bien, están metidos en centros de desintoxicación, se dedican a este mal negocio o están desaparecidos.

Por eso Pedro está sólo…

Y ustedes pensarán, pues mejor así… claro, yo pensé lo mismo en principio, pero Pedro tiene otros problemas muy personales, ya que además de ataques de epilepsia, padece de Esquizofrenia, por lo que debe estar continuamente medicado, circunstancia esta que lleva a pesar de todo con un exquisito control ya que conoce de los riesgos de su padecimiento, a pesar de tener un cierto retraso, de esos que mis paisanos dicen que le falta un agüita o un hervor.

Después de un ratito de charla, me insistió en que viera su casa, para conocer como se valía por si solo, a lo que yo accedí.



La casa, que era de su padre y que ahora ocupa él, tiene unos 40 metros cuadrados, con cocina, baño con ducha y urinario, sala de estar y una habitación con ventana… Todo muy bien, salvo que el suelo es de cemento y tierra, la cocina no tiene un mueble sano, bueno, ni la cocina ni el resto de la casa, la ducha sobre el cemento con el urinario en unas condiciones indescriptibles, la habitación oscura, húmeda, lúgubre, alumbrada apenas con una vela, pues no tiene luz eléctrica, y la salita de estar, está llena de cosas inservibles como una lavadora sobre la que depositaba sus útiles de afeitar o para lavarse, una par de sillas de vertedero, dos muebles armario sin colgar que le regaló un vecino y una mesa de formica con todos las cosas viejas, ropas y demás que dejó su padre antes de marchar.

Sobre el estado del fregadero, creo que no encontraría palabras y prefiero no recordarlo.

A pesar de esta terrorífica descripción, Pedro estaba limpio y aseado, portaba unas botas de montaña nuevas, regalo de la Cruz Roja de La Cuesta según me repitió unas treinta veces a lo largo de nuestro encuentro, y las tenía desabrochadas porque era más fácil para acostarse rápidamente ya que la medicación le deja prácticamente tumbado, estando casi todo el tiempo casi colocado.

El camastro era también indescriptible… apenas un somier con patas, con un colchón que me pareció de lana o de borra, unas sábanas, eso sí limpias, pero ninguna manta. “Anoche pasé mucho frío, y me tuve que abrigar con la ropa” me dijo esbozando una sonrisa. Me fijé que no llevaba calcetines, y me dijo que no tenía, como tampoco tenía un abrigo o chaqueta, o un jersey, y los únicos pantalones que tenía los llevaba puestos.

En el fregadero vi una fiambrera con restos de comida, y me dijo que una vecina, de la que no sabe ni su nombre, le trajo comida ayer, porque no tenía nada para comer. De hecho, hoy no había comido nada, tenía en la alacena una caja de leche, gofio, azúcar y cuatro panes pequeños, que tuvo que comprar en un bar, porque la tienda donde compra habitualmente está cerrada. Resulta que Pedro, para evitar beber y emborracharse y asegurar la comida mensualmente, le deja a la tendera cada mes 250 €, y ella según va cogiendo los productos le va restando de esa cantidad, pero ¡oh fatalidad!, la tendera se ha ido de vacaciones, ha cerrado la tienda y le ha dejado sin dinero ni alimentos…

Me contó cosas de su vida, que era un muy buen estudiante, tanto en el Colegio como en el Instituto de San Benito en La Laguna, donde sacaba sobresalientes dado su elevado cociente de inteligencia (que no necesitó demostrarme mucho porque se veía en cada frase que expresaba sosegadamente), que su madre a la que tienen adoración, le cuidó y le enseñó a leer con solo tres años y medio, y que desde entonces no ha dejado de leer, que es un devorador de libros o al menos lo era. Me enseñó las lecturas que tenía sobre la mesita de noche, junto a la vela, y solo tenía tres libros, uno de Sigmund Froid, otro de la vida de Albert Einstein y el tercero una aventura El Último Mohicano, que según me dijo se había leído ya cuatro veces. Pasmado me quedé…

Luego siguió contándome cosas sobre su familia, sus hermanos, sus primos, los colegas del barrio, etc… Muchos de sus relatos eran sobrecogedores. ¿Cómo puede alguien recibir tanto daño de los suyos, tanta indiferencia de otros, tanto dolor y sin embargo, Pedro no se cansa de repetir que los quiere a todos, que quiere muchísimo a su familia, a pesar de su sufrimiento y abandono.

Casi entre sollozos, llegando la hora de su medicación y una pequeña siesta para reponerse de los efectos de la misma, me despedí momentáneamente de él, porque sentía que debía hacer algo dentro de mis posibilidades siquiera para aliviar su sufrimiento o para satisfacer alguna de sus necesidades más prioritarias, y después de preguntarle que necesitaba me contestó: “Yo necesito alguien que me cuide, que me vea alguna vez entre semana, que me escuche y hable conmigo de vez en cuando… no quiero dinero, tengo una pensión que me arregló el dueño de la carpintería donde estuve trabajando hace unos años, antes que me empezaran los ataques y tuviera que medicarme, son 339 €, que guardo en el banco y solo saco lo necesario para comer, lo que le doy a la tienda. El resto lo guardo para mi madre y mi hermana, y para mi padre porque está malito. Yo no quiero irme a un piso tutelado, porque sería un problema para los otros. Siempre he sido un problema, siempre he estorbado. No quiero aparecer muerto en una cuneta, no quiero drogarme más allá de estos medicamentos que me da la Seguridad Social. Yo cuando están a punto de acabarse, llamo al 012 o voy a Urgencias y como me conocen y conozco el nombre me los recetan y los traigo para casa. No quiero volver a beber, muchos días no tomo ni una cerveza, por eso no llevo dinero, pero la gente sabe que lo tengo y se quiere aprovechar de mí. Solo quiero eso, que me cuiden

Ya cuando marchaba a casa, me dijo “Si pudieras traerme un poquito de turrón… para celebrar la Navidad”. Y eso fue lo que me mató.

Pero ¿qué Navidad va a celebrar Pedro?, ¿la de su minusvalía psíquica y física, la del abandono no se si por desconocimiento de las Autoridades o por desinterés?, ¿pero es que no hay una Ley de Dependencia en este País? ¿Cuántos Pedros más habrá entre nosotros?

Llegué a casa y rápidamente cogí una bolsa de viaje y empecé a llenarla con todo aquello que me venía a la mente; calcetines, camisetas, camisas, pantalones, un jersey, una chaqueta de abrigo, zapatos, y libros, muchos libros… y libretas, folios, bolígrafos porque solo tenía uno y con poca tinta y lo necesitaba para escribir todo aquello que le venía a la mente justo antes de acostarse, o cuando paseaba por la estrecha calle donde pasaba las mañanas y las tardes para no alejarse de su Hogar.

También cogí todo tipo de productos de limpieza y enseres para su uso, y herramientas para arreglar el termo de gas, que no funcionaba y por eso se tenía que duchar con agua fría. El contador del agua que había contratado recientemente me lo enseñó por lo menos seis veces, y se sentía orgulloso, “ahora lo siguiente será contratar la luz, por eso estoy ahorrando”.

Cada vez que cogía una cosa, me acordaba de cualquiera otra que él pudiera necesitar, o que le pudiera servir para rebajar la dureza de sus condiciones de vida, seguro que me dejé muchas cosas, no tenía mucho tiempo, debía hacerlo cuanto antes porque temía que cuando volviera no estuviera allí o no me recordara a mí o lo que habíamos hablado.

Fui de nuevo a aquella calle, llamé a su puerta bien cerrada y me contestó. “Espera Antonio, ahora te abro”, eso me tranquilizó.

Cargado con aquella bolsa repleta de nuevas ilusiones para Pedro, en forma de libros y ropas que muchas veces arrinconamos en nuestras casas, y que algunos dedicamos a obras solidarias y otros lanzan a la basura sin piedad, entré de nuevo en su castillo, y no puedo olvidar la cara que puso cuando empecé a sacar los libros que le había traído, especialmente dos que me pidió de forma muy especial: Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez y el Principito, de Antoine Saint Exupery, que dijo haberlos leído de pequeño y le gustaron mucho.

Después de probarse algunas prendas, como el calzado que más o menos había atinado en la talla, le noté un poco azorado y nervioso, por lo que le recomendé que descansara un poquito que yo iba a buscar algo de comer para los dos. Resulta que durante el día de hoy, no había comido nada y la medicación le dejaba el estómago encogido, pero el hambre no se le quitaba con pan solo. Me acerqué a un bar cercano, y encargué dos bocadillos de Lomo y Queso, con mucho lomo y mucho queso, y dos refrescos de sin excitantes, me tomé un cortadito y le compré un paquete de Kruger, porque era lo que fumaba.

Luego de recoger la comida, me encaminé de nuevo hacia su casa, y al subir por una de las calles me di cuenta de su nombre “EL BUEN PASTOR”, no pude menos que emocionarme todavía un poco más, por todo lo que estaba viviendo en este día.

Llegué a la casa, y Pedro estaba llorando… “¿Pero por qué haces tú esto por mí?”, yo le contesté lo primero que me vino a la cabeza “porque seguro que tú lo harías por mí también”.

Pedro no es un chico guapo ni bien parecido, es como muchos de esos jóvenes castigados por la vida, unos por las drogas, otros por la marginación social, otros por los dramas familiares, por las enfermedades, por el paro, por la crisis, que se yo, por todo lo malo y desagradable que tiene este mundo que puede ser a la vez tan maravilloso como el paisaje que se divisa desde la puerta misma de su casa y tan dramático como la historia de este niño grande.

Yo maldigo a quién violó a Pedro y a tantos otros cuando eran niños, maldigo a los políticos barrigones que engordan sus alforjas a costa de las desgracias y miserias de los demás, maldigo a los que miran para otro lado sin ver más allá de la apariencia de un ser humano, maldigo a los que no saben leer en el corazón de los desgraciados, maldigo a quienes se forran a costa del veneno de las drogas y del alcohol, maldigo a los prostitutos de la política que se venden por un plato de lentejas, maldigo a todos los bichos y miserables que no merecen llamarse padres, hermanos, hermanas, tíos, primos, vecinos y demás. Yo maldigo en fin, a todos los que se aprovechan de las desgracias ajenas, porque ese es precisamente el mayor de los miedos de Pedro, que se aprovechen de él.

Pedro, como muchos otros de nuestro vecinos y conciudadanos, cada uno de ellos con sus problemas peculiares, sus sufrimientos y padecimientos no es más que el resultado de una mala estrategia social, del triunfo de una sociedad del consumo por encima de una sociedad humana, que propugne otros valores desde la educación de los hijos, la vida sana, el bienestar de todos, etc… y no que se vea abocada a abandonar a sus hijos en el mismísimo seno familiar a los abusos de otros que quizás también los padecieran, o el alcohol les llevó ciertos comportamientos antisociales y deplorables. El Estado debe hacerse cargo de sus problemas y por medio de leyes justas y dotadas suficientemente debe acoger y ayudar a estos fracasados de la sociedad, por encima de partidos políticos, de siglas y de diferencias. Las administraciones públicas están obligadas a conocer y hacerse cargo de estos problemas, arbitrar las soluciones, y tomar decisiones, sin establecer tantos parámetros, ni tantas evaluaciones, ni crear tantos organismos, ni organismos para asesorar a otros organismos etc… porque los disminuidos psíquicos no entienden de burocracia, sobre todo si están completamente solos en la vida.

Si no se ayuda convenientemente a Pedro, como a muchos otros, estaremos fracasando nosotros como personas.

Después de comernos los bocatas con el refresco y echarnos un pitillo, me aventuré con su permiso a entrar un poco más en su casa; primero arreglamos el termo, y digo arreglamos porque le enseñé como hacerlo, luego pasamos a la cocina, limpiamos todo lo que había en el fregadero, y el fregadero mismo, quedó reluciente… al menos yo notaba un brillo diferente. Pedro se encargó personalmente de limpiar el tupperware de la vecina y el cubierto que le dejó, y lo embolsó una vez seco en una bolsa para devolverlo posteriormente.

Quitamos alguna bolsa con basura pero no crean que mucha. Me llamó la atención que no había bichos en la casa, ni cucarachas, ni hormigas ni moscas… nada. Le comenté lo esencial de mantener siempre limpio el fregadero y los sanitarios y me insistió “pero el suelo está límpio verdad “ pues sí, a pesar de ser de cemento y tierra estaba muy limpio, ni colillas por el suelo ni papeles, nada. Le dije que si dejaba alimentos o cosas sin fregar, olería mal y vendrían las ratas, y me dijo “como venga alguna, me la papeo… le quito la hiel, la piel y me la como”. Luego se sonrió, y me quedé más tranquilo.

Después limpiamos la cocina de tres fuegos que tenía desconectada porque le daba miedo “Da fogonazos y no sé como funciona, además como no se cocinar”. Después que la limpiamos entre los dos, le enseñé como funcionaba y probamos con la cafetera de su padre, claro que como no teníamos café la pusimos solo con agua. Después de lavarla, le indiqué como debía preparar el café, la montó con agua y la probamos, salió perfecto. Menuda ilusión le hizo, me dijo “que pena que no tenga café, pero mañana saco cuatro euros y voy a comprar un paquete para hacerme el cafelito por las mañanas, cuando quieras puedes venir a tomar café”.

Ya llegada la media tarde, nos sentamos en la entrada, bajo el Altar de sus santos, que tiene formado por unas cuantas imágenes y fotos religiosos presididos por el Cristo de los desamparados, al que dice: “le pongo caramelos, para hacerle más dulce la vida y el rezo todas las noches antes de acostarme pidiendo por mi madre, mi hermana, mi padre, mis hermanos, y ahora también pediré por ti, Antonio, para que encuentres la felicidad y la paz, y sigas haciendo cosa buenas los demás”… Se me encogió el alma, y ahora, cuando estoy escribiendo esto, acordándome de sus palabras, se me volvió a arrugar otra vez. Cuanta bondad, cuanta paz encuentro al escucharle hablar con el inmenso corazón que tiene Pedro.

Un corazón que está muy débil, me dijo que cree que se está muriendo, que la vida es muy corta, que con treinta y cinco años no ha podido entregar al mundo lo mejor que tiene, sus conocimientos, su ideas a veces un poco infantiles e ilusorias a veces de una gran profundidad. Yo por su puesto le dije que no, que no puede morirse al menos hasta tener tantos años como yo, que tengo cuarenta y cinco, y me dijo “entonces solo podré alcanzarte después que hayas muerto”. Cierto, reflexioné y nos reímos.

Me contó finalmente, a después de insistir mucho, que una de sus hermanas, que ahora está arrejuntada con un argentino, lo pasó muy mal, y estuvo con cáncer, tratada con quimioterapia, calva y en los huesos, y que ella le pidió a Pedro que le diera más vida, quizás pensando que poseía algún don especial. Él se la ofreció y ella ahora está estupenda. Tanto que no se acuerda de él para nada. Pero aún así, la perdona, la quiere y reza por ella.

También recuerdo que me contó que su abuela, cuando era pequeñito, le contaba cosas que él no llegaba a entender entonces pero ahora si que les encuentra sentido y espetó "que razón tenía mi abuela".

Ya llegaba la hora de volver a casa, y debía despedirme de Pedro hasta algún otro día, “no te olvides que aquí tienes un amigo, cuando vuelvas estará todo mejor y gracias por los libros, los pantalones” etc. No se cansaba de repetirlo. “mañana voy a la Cruz Roja de La Cuesta a ver a los chicos, a lavar la ropa, la llevaré en tu bolsa para traerla limpia y planchada, y les llevaré algún libro para que vean lo que me han regalado, les hablaré de ti, gracias amigo”…
Y marché a casa.

Reconozco que durante el tiempo que llevo redactando este relato, en el que he intentado ser fiel a la realidad de lo que he vivido en el día de hoy, he tenido en muchos momentos un nudo en la garganta, y unas ganas de llorar tremendas, por lo que ha significado para mi esta vivencia.

Los que me conocen saben que suelo estar siempre entre las nubes, pero me he dado cuenta que en es en el suelo, en la tierra, en nuestras escondidas calles donde está el verdadero cielo.

Pedro me ha enseñado en apenas seis horas muchísimo más que lo que en cuarenta y cinco años de vida he podido estudiar o vivir, o incluso en otros cuarenta y cinco años más. Me ha enseñado el valor de los buenos sentimientos, del amor de un hijo por sus padres, de la dignidad ante la adversidad o la pobreza, de la capacidad de superación ante las fatalidades o la enfermedad, de la resistencia ante las tentaciones físicas o psíquicas, y alguna otra cosa más.

Pero por encima de todo, me ha enseñado el valor de la AMISTAD, porque ahora Pedro es mi amigo.


Pdta. Ya me he puesto en contacto con los servicios sociales de Santa Cruz, donde tres maravillosas personas, me han atendido, me han orientado sobre el particular, sabían y conocían algo sobre la historia de Pedro y estan trabajando para mejorar su situación. Gracias a Pilar, Ángeles y Marta, y a todas las demás personas de los Servicios Sociales de Ofra, que se dedican a ayudar, escuchar y asesorar a aquellos que lo están pasando mal y necesitan ayuda. Gracias a todos los demás trabajadores o voluntarios de cualquier otro distrito, ayuntamiento o lugar de Canarias. Gracias porque su ayuda y su impresionante trabajo es impagable. Gracias.

viernes, 10 de diciembre de 2010

MI VISIÓN SOBRE LA DECLARACIÓN DEL ESTADO DE ALARMA


La reciente publicación del Real Decreto 1673/2010, de 4 de diciembre, por el que se declara el estado de alarma para la normalización del servicio público esencial del transporte aéreo, ha generado una profunda polémica, acerca de la constitucionalidad o legalidad de dicha declaración.

Sin entrar a valorar el origen del conflicto ni la opinión que me merece la actitud tomada por los controladores aéreos durante las horas anteriores a la declaración del Estado de Alarma, quisiera exponer todos los aspectos que deben ser tomados en cuenta en relación con el texto y contenido del Real Decreto así como algunas de las opiniones de renombrados juristas que se han manifestado sobre el particular, incluso de antes que esta situación se llegara a producir.

El texto íntegro del RD citado es el siguiente:

I. DISPOSICIONES GENERALES
MINISTERIO DE LA PRESIDENCIA
18683
Real Decreto 1673/2010, de 4 de diciembre, por el que se declara el estado de alarma para la normalización del servicio público esencial del transporte aéreo.

BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO

Núm. 295 Sábado 4 de diciembre de 2010 Sec. I. Pág. 101222

BOE-A-2010-18683

El artículo 19 de la Constitución española reconoce a todos los españoles el derecho a la libre circulación por todo el territorio nacional. Dicho derecho está igualmente reconocido a todas las personas en los Tratados y Convenios Internacionales de los que España es parte.

Las circunstancias extraordinarias que concurren por el cierre del espacio aéreo español como consecuencia de la situación desencadenada por el abandono de sus obligaciones por parte de los controladores civiles de tránsito aéreo, impiden el ejercicio del derecho fundamental mencionado y determinan la paralización de un servicio público esencial para la sociedad como lo es el servicio de transporte aéreo. Todo ello constituye, sin duda, una calamidad pública de enorme magnitud por el muy elevado número de ciudadanos afectados, la entidad de los derechos conculcados y la gravedad de los perjuicios causados.

Para recuperar la normalidad en la prestación del citado servicio público y restablecer los derechos fundamentales de los ciudadanos, hoy menoscabados, y habiendo fracasado todos los intentos para poner fin a la situación de catástrofe pública existente, es indispensable proceder a la declaración del Estado de Alarma en orden a eliminar los obstáculos que impiden su segura y continuada prestación.

Las medidas que se contienen en el presente real decreto son las imprescindibles para hacer frente a la situación y resultan proporcionadas a la extrema gravedad de la misma.

En su virtud, a propuesta del Vicepresidente Primero del Gobierno y Ministro del Interior, de la Ministra de Defensa y del Ministro de Fomento, y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 4 de diciembre de 2010,

DISPONGO:

Artículo 1. Declaración del Estado de Alarma.

Al amparo de lo dispuesto en el artículo 4 apartado c. en relación con los apartados a. y d. de la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los Estados de Alarma, Excepción y Sitio, se declara el Estado de Alarma con el fin de afrontar la situación de paralización del servicio público esencial del transporte aéreo.

Artículo 2. Ámbito territorial y material.

La declaración de Estado de Alarma afecta, en todo el territorio nacional, a la totalidad de las torres de control de los aeropuertos de la red y a los centros de control gestionados por la entidad pública empresarial «Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA)».

Artículo 3. Ámbito subjetivo.

En virtud de lo dispuesto en los artículos 9.Uno y 12.Dos de la Ley Orgánica 4/1981 en relación con el artículo 44 de la Ley 48/1960, de 21 de julio, sobre Navegación Aérea, todos los controladores de tránsito aéreo al servicio de AENA pasan a tener, durante la vigencia del Estado de Alarma, la consideración de personal militar a los efectos de lo previsto en el artículo 10.Uno de la citada Ley Orgánica y en consecuencia, quedan sometidos a las órdenes directas de las autoridades designadas en el presente real decreto, y a las leyes penales y disciplinarias militares, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 8.5 de la Ley Orgánica 13/1985, de 9 de diciembre.

Artículo 4. Licencias, habilitaciones y anotaciones.

Los controladores civiles de tránsito aéreo al servicio de AENA mantendrán todas las facultades inherentes a las licencias, habilitaciones, anotaciones y certificados médicos de que sean titulares, si bien ejercerán dichas atribuciones, en todo caso, bajo la organización y supervisión del Ejército del Aire.

Artículo 5. Duración.

La duración del Estado de Alarma que se declara en este real decreto es de quince días naturales.

Artículo 6. Autoridad delegada del Gobierno.

El Jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire y las autoridades militares que designe adoptarán las decisiones pertinentes en cumplimiento de lo que dispone el artículo 3 del presente real decreto.

Disposición transitoria única. Procedimientos en tramitación.

Los procedimientos a que se refiere el artículo 3 de este real decreto iniciados y no terminados durante la vigencia del Estado de Alarma continuarán su tramitación, una vez extinguido dicho Estado, con sujeción a la legislación laboral o administrativa.

Disposición final única. Entrada en vigor.

El presente real decreto entrará en vigor en el instante de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».

Dado en la Embajada de España en Buenos Aires, el 4 de diciembre de 2010.

JUAN CARLOS R.
El Ministro de la Presidencia,
RAMÓN JÁUREGUI ATONDO



Una vez centrados en el documento, quisiera completarlo con el contenido de todos aquellos artículos referidos o invocados en el mismo, como son los siguientes:


LEY ORGÁNICA QUE REGULA LOS ESTADOS DE ALARMA, EXCEPCIÓN O SITIO

Artículo 4.
El Gobierno, en uso de las facultades que le otorga el artículo 116.2 de la Constitución podrá declarar el Estado de Alarma, en todo o parte del territorio nacional, cuando se produzca alguna de las siguientes alteraciones graves de la normalidad:

a. Catástrofes, calamidades o desgracias públicas, tales como terremotos, inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de gran magnitud.

c. Paralización de servicios públicos esenciales para la comunidad, cuando no se garantice lo dispuesto en los artículos 28.2 y 37.2 de la Constitución, y concurra alguna de las demás circunstancias o situaciones contenidas en este artículo.
d. Situaciones de desabastecimiento de productos de primera necesidad.

…Artículo 9.
Uno. Por la declaración del Estado de Alarma todas las autoridades civiles de la Administración Pública del territorio afectado por la declaración, los integrantes de los cuerpos de policía de las Comunidades Autónomas y de las corporaciones locales, y los demás funcionarios y trabajadores al servicio de las mismas, quedarán bajo las órdenes directas de la autoridad competente en cuanto sea necesario para la protección de personas, bienes y lugares, pudiendo imponerles servicios extraordinarios por su duración o por su naturaleza.

Artículo 10.
Uno. El incumplimiento o la resistencia a las órdenes de la autoridad competente en el Estado de Alarma será sancionado con arreglo a lo dispuesto en las Leyes.

Dos. Si estos actos fuesen cometidos por funcionarios, las autoridades podrán suspenderlos de inmediato en el ejercicio de sus cargos, pasando, en su caso, el tanto de culpa al juez, y se notificará al superior jerárquico, a los efectos del oportuno expediente disciplinario.

…Artículo 12.
…Dos. En los casos previstos en los apartados C) y D) del artículo cuarto el Gobierno podrá acordar la intervención de empresas o servicios, así como la movilización de su personal, con el fin de asegurar su funcionamiento. Será de aplicación al personal movilizado la normativa vigente sobre movilización que, en todo caso, será supletoria respecto de lo dispuesto en el presente artículo.

CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA.

Artículo 28...
2. Se reconoce el derecho a la huelga de los trabajadores para la defensa de sus intereses. La Ley que regule el ejercicio de este derecho establecerá las garantías precisas para asegurar el mantenimiento de los servicios esenciales de la comunidad.

Artículo 37...
2. Se reconoce el derecho de los trabajadores y empresarios a adoptar medidas de conflicto colectivo. La Ley que regule el ejercicio de este derecho, sin perjuicio de las limitaciones que pueda establecer, incluirá las garantías precisas para asegurar el funcionamiento de los servicios esenciales de la comunidad.

… Artículo 116.
1. Una Ley orgánica regulará los estados de alarma, de excepción y de sitio y las competencias y limitaciones correspondientes.
2. El estado de alarma será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en Consejo de Ministros por un plazo máximo de quince días, dando cuenta al Congreso de los Diputados, reunido inmediatamente al efecto y sin cuya autorización no podrá ser prorrogado dicho plazo. El decreto determinará el ámbito territorial a que se extienden los efectos de la declaración.
3. El estado de excepción será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en Consejo de Ministros, previa autorización del Congreso de los Diputados. La autorización y proclamación del estado de excepción deberá determinar expresamente los efectos del mismo, el ámbito territorial a que se extiende y su duración, que no podrá exceder de treinta días, prorrogables por otro plazo igual, con los mismos requisitos.
4. El estado de sitio será declarado por la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, a propuesta exclusiva del Gobierno. El Congreso determinará su ámbito territorial, duración y condiciones.
5. No podrá procederse a la disolución del Congreso mientras estén declarados algunos de los estados comprendidos en el presente artículo, quedando automáticamente convocadas las Cámaras si no estuvieren en período de sesiones. Su funcionamiento, así como el de los demás poderes constitucionales del Estado, no podrán interrumpirse durante la vigencia de estos estados.
Disuelto el Congreso o expirado su mandato, si se produjere alguna de las situaciones que dan lugar a cualquiera de dichos estados, las competencias del Congreso serán asumidas por su Diputación Permanente.
6. La declaración de los estados de alarma, de excepción y de sitio no modificará el principio de responsabilidad del Gobierno y de sus agentes reconocidos en la Constitución y en las Leyes.

Ley Orgánica 13/1985, de 9 de diciembre, de Código Penal Militar

Artículo 8.
A los efectos de este Código se entenderá que son militares quienes posean dicha condición conforme a las leyes relativas a la adquisición y pérdida de la misma y, concretamente, durante el tiempo en que se hallen en cualesquiera de las situaciones de actividad y las de reserva, con las excepciones que expresamente se determinen en su legislación específica, los que:

5. Con cualquier asimilación militar presten servicio al ser movilizados o militarizados por decisión del Gobierno.

Ley 48/1960, de 21 de julio, sobre Navegación Aérea

Artículo 44.
Sólo podrá autorizarse a Corporaciones, Entidades o particulares que tengan la nacionalidad española la instalación de aeropuertos o aeródromos privados que habrán de reunir los requisitos que previamente determine, en cada caso, el Ministerio del Aire. Todos ellos se someterán a las servidumbres que se establezcan, y a efectos de movilización dependerán de la Jefatura Militar Aérea en cuya demarcación se encuentren.

Artículo 58.
Para el ejercicio de funciones, en vuelo o en tierra, en el ámbito de la aviación civil, que afecten al control del espacio aéreo
, al tránsito y al transporte aéreo, será necesario estar en posesión de un título, licencia, autorización o certificado que faculte específicamente para ejercer esas funciones.
Las condiciones para su obtención y las atribuciones, obligaciones y responsabilidades de sus titulares se determinarán de acuerdo con las normas del Derecho comunitario europeo, los tratados, convenios internacionales y normas de organismos internacionales de los que el Estado español sea parte y con lo dispuesto en esta Ley y en sus normas de desarrollo.
En todo caso, quienes ejerzan funciones o tengan responsabilidades vinculadas al control del espacio aéreo y a la seguridad del tránsito y del transporte aéreos, tanto en vuelo como en tierra, no podrán, sin causa justificada, abandonarlas o renunciar a su ejercicio en tanto no sean debidamente relevados o sustituidos.
En el ámbito de la aviación militar, el Ministerio de Defensa determinará la titulación necesaria para el ejercicio de las funciones técnicas de la navegación aérea.

Una vez establecido el marco legal que afecta a este conflicto, desde el momento de la redacción y posterior publicación del RD que decreta el estado de Alarma, y sin pretender por mi parte corregir o perturbar el sabio conocimiento jurídico de quienes han manifestado hasta el momento en medios de prensa su criterio, bien sea desde la Autoridad del Gobierno o la Administración pública o desde la Judicatura, me voy a limitar a expresar mi criterio, desde el punto de vista de un estudiante en materia jurídica, que a la vista de los contenidos creo puede ser efectivo y hasta correcto.

Según la Declaración, este supuesto declarado en el preámbulo del RD como “catástrofe pública” , que obedece a una valoración subjetiva y semánticamente correcta, según la Real Academia Española de la Lengua:
(Del lat. catastrŏphe, y este del gr. καταστροφή, de καταστρέφειν, abatir, destruir).
1. f. Suceso infausto que altera gravemente el orden regular de las cosas.
2. f. Cosa de mala calidad o que resulta mal, produce mala impresión, está mal hecha, etc. Esta pluma es una catástrofe El estreno fue una catástrofe El encuadernador ha dejado el libro hecho una catástrofe
3. f. Última parte del poema dramático, con el desenlace, especialmente cuando es doloroso.
4. f. Desenlace desgraciado de otros poemas.
5. f. Cambio brusco de estado de un sistema dinámico, provocado por una mínima alteración de uno de sus parámetros.

Podríamos aceptar la acepción del término en los puntos 1 ó 5, si bien el primero se puede deber a algo fortuito o casual, en el caso del cambio brusco del estado de un sistema dinámico (como puede ser el control del espacio aéreo) pudiera ser más acertado.

Quizás el término que más se asemeja a la situación ocasionada por los controladores fuera el de "calamidad", también expuesto y en primer lugar que el anterior en el referido preámbulo:
(Del lat. calamĭtas, -ātis).
1. f. Desgracia o infortunio que alcanza a muchas personas.
2. f. Persona incapaz, inútil o molesta.

Por el alcance a una multitud de personas, sumidas en una absoluta desgracia, o incluso si se me permite la broma, jocosamente la segunda por lo obvio.

En cualquier caso, una vez estimado por el Gobierno como una situación de tal magnitud, que además y según refiere en el mismo texto, causa una situación de extrema gravedad ante la que cual hay que reaccionar de inmediato.

Para ello, y amparándose en la Constitución Española y en nuestro ordenamiento, concretamente en la Ley Orgánica que regula los estados de Alarma, excepción o Sitio y en función de la situación de paralización de un servicio público esencial como es el del Transporte Aéreo paralizado por el cierre del espacio aéreo español al no garantizarse el servicio de control de este espacio aéreo, establece la el Estado de Alarma, por primera vez durante la historia de nuestra reciente democracia.

Al tiempo y para amparar dicha declaración, establece como marco subjetivo el contenido en los artículos 9.1 y 12.2 de la misma L.O. aplicados en este caso a todo el personal dependiente de AENA de las Torres y Centros de Control de los Aeropuertos Españoles, es decir a los Controladores Aéreos, hasta el momento funcionarios que pasan a estar movilizados en relación con lo dispuesto en el artículo 44 de la Ley de Navegación Aérea (L.N.A.), que establece desde ese momento su dependencia de la Autoridad Militar correspondiente (Jefatura Militar Aérea).

Aquí nos encontramos el primer punto de debate, si es ese artículo de la L.N.A. el más adecuado para la situación, o quizás debiera haberse invocado como referencia el artículo 58 de la misma Ley, que describe perfectamente al personal de CONTROL y establece que bajo ningún concepto, podrán sin causa justificada dejar de ejercer su función, es más, aún con causa justificada sin no fueran debidamente relevados no podrán abandonar su cometido o lugar de función. Porque la gravedad e importancia de su trabajo hace imprescindible su presencia y el ejercicio de la función mientras no haya otros que puedan hacerse cargo de la misma, y ese es el espíritu del Legislador, el de establecer claramente una diferenciación en cuanto a la gravedad o importancia del cometido a desempeñar en la L.N.A. que por cierto fue reformada a primeros de este año y está plenamente en vigor.

Establece puntualmente además que este personal, que fue definido públicamente como MOVILIZADO por el Sr. Vicepresidente en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, aun cuando en el RD no se contempla dicho término, adquiere desde este momento carácter MILITAR, en virtud del artículo 10 de la L.E. que regula los estados de Alarma, Exc… y desde este momento se debe de ceñir a cuanto disponen los artículos de la Ley Orgánica 13/1985 del Código Penal Militar, concretamente el 8.5 que SI define como MILITARES a los MOVILIZADOS o MILITARIZADOS por decisión del Gobierno. También establece este término en el artículo 12.2 la L.O. del estado de Alarma, si bien hace una precisión al final de este apartado que debemos tener en cuenta, y es la que se refiere a la normativa sobre movilización, a la que declara como supletoria en caso de existir (recordemos la Ley 50/69 de 26 de Abril, Básica de Movilización Nacional, está derogada por la nueva Ley Orgánica 17/99 del Régimen Militar de las FAS), nulidad en las que muchos se han amparado para derribar los férreos y sólidos argumentos del Real Decreto del Gobierno.

Por otra parte, juristas de reconocido prestigio han opinado sobre el particular, como D. José Antonio Martín Pallín, citado en las páginas de El Pais. Para el magistrado de Sala de lo Penal del Supremo, la declaración de esta situación excepcional estaba justificada porque, tal y como establece la ley que la regula, se encontraba paralizado "un servicio público esencial para la comunidad" en un conflicto laboral fraudulento. Sin embargo, no comparte la decisión de militarizar a los controladores. "Con la aplicación del delito de sedición previsto en la ley penal de navegación aérea era suficiente", asegura. "No hace falta someterlos al Código Penal Militar". Martín Pallín recuerda, además que la norma preconstitucional que hace depender a los controladores del Ejército al ser movilizados es de 1960, muy anterior al nacimiento de AENA. "En esa época, hasta los accidentes entre los vehículos de los aeropuertos los juzgaban los tribunales militares, ahora no tiene sentido".

Por su parte, D. José Luis Díez Ripollés, en el mismo medio ha manifestado: "La declaración del estado de alarma está justificada, pero el sometimiento de los controladores a la jurisdicción militar y la aplicación del Código Penal Militar es una interpretación excesiva y desproporcionada de la ley de los estados de alarma, excepción y sitio. Solo en el estado de sitio se prevé que el Ejército pase a primer plano, pero no en el de alarma. La aplicación a los controladores de la Ley de Movilización Nacional de 1969, que los convierte en militares, choca con la pretensión constitucional de limitar al máximo el ámbito de aplicación del Código Penal Militar y solo es comprensible en el marco de una ley preconstitucional como esa. La medida ha funcionado, pero hubiera bastado con aplicar el código penal común".

D. Marc Carrillo, Catedrático de Constitucional de la Universidad Pompeu Fabra considera que la protesta de los controladores es "claramente salvaje, sin preaviso ni servicios mínimos" por lo que justifica el estado de alarma. Carrillo no se opone a que "en situación de alarma" se recurra a personal sometido al control del Gobierno "como el militar".

Yo personalmente pienso que en este caso, simplemente con invocar los contenidos de la Ley Orgánica que regula el Estado de Alarma, ante la caótica y sorpresiva paralización de los servicios esenciales de la comunidad y la consecuente situación de desabastecimiento grave a la que pudiera haberse llegado en algunos casos, hubiera bastado, y sin duda permitiría constitucionalmente la declaración del Estado de Alarma provocada por la existencia de circunstancias extraordinarias de tal gravedad que hicieron imposible el mantenimiento de la normalidad mediante los poderes ordinarios de las autoridades competentes, derivadas de la paralización de servicios públicos, y siempre con la finalidad de restablecer los mismos con garantías de seguridad y con el propósito de acabar con una situación de auténtico CAOS NACIONAL, y garantizar el líbre ejercicio de derechos fundamentales de todos los ciudadanos, en colisión con otros derechos no invocados por aquellos que abandonaron su puesto causando tal desastre, puesto que ni si quiera declararon la situación de conflicto colectivo.

Todo ello, por supuesto, revestido de las formalidades necesarias, y con la garantía que nuestro estado de derecho, nuestro ordenamiento jurídico y nuestra Constitución establece.

En cualquier caso, doctores tiene la Santa Madre Iglesia...