lunes, 30 de marzo de 2015

LA MARAÑA DE LOS POLÍTICOS


Reunión del consejo político insular, de la comitiva regional, de la comisión de garantías, de la dirección provincial, del consejo político nacional, de la vicepresidencia económica regional, de la directiva nacional del partido, del congreso regional o de la junta local....






Menudo rollo se traen los de siempre para enmarañar aún más el asunto que manejan de forma excelente, su "asunto", no el de los ciudadanos, el de la maraña de la política.

A eso se le llama partitocracia y es cosa de políticos.

Mientras éstos se dedican a reunirse para ponerse a parir, para votarse, para delatarse, para apuñalarse y al final para acordar el número o el puesto final de la lista que cada uno va a ocupar en cualquiera de los escenarios electorales próximos en los que debemos participar, los ciudadanos languidecen, desesperan, sufren, emigran, pasan hambre y hasta mueren esperando una solución real a sus problemas.

¿Qué tanta mierda hay que revolver en esos gabinetes tan estirados como inútiles?. Cuántas veces habrá que decirles a estos iluminados que lo que importa no es ni su partido ni su puesto sino lo que la ciudadanía exige resolver de forma inmediata, que no es otra cosa que el caos de la sanidad, la aplicación justa de leyes como la de la dependencia, crear riqueza y generar condiciones para la creación de puestos de trabajo estables, favorecer la educación y la investigación, preservar el estado de bienestar, mantener las pensiones de nuestros mayores, permitir que nuestros hijos tengan futuro en nuestra tierra, apostar decididamente por las energías limpias ya no alternativas sino reales y no corromperse en la acción pública o simplemente dejar de robar.

En nuestra mano está hacer que esto cambie, solo en nuestra mano porque a esta clase dirigente temporal, a esta casta de impresentables políticos no se les convence de ninguna otra forma que dándoles una patada en el culo de sus vergüenzas y dejándolos en la lista del paro; darles el bote y no el voto.

El ciudadano tiene el poder, es el voto, uno por cada uno de nosotros y muchos sumamos un montón, una mayoría y podemos cambiar este patético escenario de listas políticas repletas de imputados, investigados o acusados, todos ellos colocados para mantenerlos alejados de los tribunales amparados por aforamientos injustificados y con defensas pagadas con dinero público, el que ponemos con nuestros impuestos.

Si conseguimos dar la vuelta a esta patética realidad habremos ganado la mitad de la batalla, luego hace falta que los nuevos cumplan con las expectativas y no nos engañen como estos impresentables que ya no nos valen porque han demostrado con suficiencia su incapacidad, incompetencia y falta de voluntad para solucionar nada.

Y si luego los que votamos nos fallan, los cambiamos en la siguiente también con nuestro voto que para eso tenemos la capacidad y el derecho a hacerlo.

A eso se le llama Democracia y la hacemos entre todos.

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