Juanma es un chico grancanario de 26 años al que la búsqueda de empleo trajo hace años desde su Arucas natal a Tenerife. Ha trabajado en muchos lugares y ha hecho como dice él casi de todo, desde camarero, peón de mil cosas o recadero. Su último trabajo fue haciendo bloques de hormigón para muelles pero su empresa se marchó de Canarias a Valencia y se quedó en la estacada.
No hace otra cosa que echar currículos por todos lados, buscando un empleo que no acaba de aparecer, para trabajar en lo que sea; el caso es poder llevar unos cuantos euros a casa para su niña y su pareja, con la que vive de alquiler en El Rosario y que apenas pueden pagar.
Esta tarde está mendigando en las calles de Santa Cruz y me confiesa que con mucha vergüenza, porque no está acostumbrado a vivir de la voluntad de los demás.
Pero no le queda otra; su niña tiene que comer a pesar que él deje de alimentarse como lo hacía antes de la crisis, perdiendo casi 30 Kg que lo han dejado en su estado actual.
Va vestido apenas con una sudadera de algodón, un vaquero y unas alpargatas de tela, a pesar del frío que hace esta tarde en la calle; busca el lugar donde menos corre el aire para no coger un pasmo que lo deje además enfermo o algo peor, en cama, sin poder buscarse la vida como hace ahora, eso sí, sin delinquir porque aún tiene principios que se lo impiden.
No sabemos cuanto tiempo podrá aguantar en esta lamentable situación, abocado al abandono, condenado a la marginación salvo que consiga lo que hoy demandan miles de canarios, un trabajo remunerado, porque tampoco Juanma tiene otras ayudas, el paro se acabó y se ha quedado a cero.
Le comento que debería de aprovechar que en estos momentos muchos ayuntamientos están contratando personal para ejecutar labores de limpieza y adecentamiento de los entornos urbanos, calles, plazas y jardines públicos ya que las próximas elecciones hacen que se muevan hacia esta actividad, que acuda a El Rosario, La Laguna, el mismo ayuntamiento de Santa Cruz, a los servicios sociales, etc., todo antes de acabar mendigando por las calles por necesidad, que lo intente una vez más y lo haga convencido…, me dice que toma nota y mañana mismo se va a mover hacia esos lugares a ofrecerse para lo que sea; además se va a marchar porque la gente que pasa le mira mal, desconfía de su presencia y se siente vigilado, motivo de comentarios, incómodo, avergonzado…
Antes de despedirme le digo si puedo hacer algo más por él y le doy unas pocas monedas, lo que llevo suelto en el bolsillo, no sé si llegaba a cuatro o cinco euros para que compre la leche y las galletas para la cena y desayuno de su hija y pueda volver en guagua a su casa cosa que hizo en mi presencia.
Este no es más que otro caso de los muchos que podemos encontrar en esta tierra condenada a los más altos índices de paro, marginación, pobreza y abandono de toda España, porque Canarias lidera las peores estadísticas, somos por derecho propio tercermundistas en políticas sociales especialmente cuando éstas no se llevan a efecto con el rigor y la dedicación que exigen.
Mientras paseaba venía escuchando las manifestaciones del Presidente de la Comunidad Autónoma Canaria el nacionalista Paulino Rivero, que en una de esas entrevistas postreras y a la pregunta de cual era el mayor logro de su etapa de gobernante o de que se sentía satisfecho tras 8 años de presidencia, comentaba henchido como un pavo que podía presumir de que nunca había tenido un asunto de corrupción en su gobierno, entre sus Consejeros o personal de confianza…, y se quedó tan pancho.
Sr. Presidente de TODOS los canarios, usted que no ha hecho sus deberes, usted que ha permitido que su pueblo, el de sus paisanos llegue a esta lamentable situación, con la pobreza y la miseria en muchas familias, con el paro y la marginación social como bandera, con niños que pasan hambre, con ancianos que se mueren esperando a ser atendidos en dependencia, con colapsos en los servicios de urgencias sanitarios donde fallecen nuestros familiares, con listas de espera de las listas de espera en Sanidad, con una política educativa desastrosa en niveles de fracaso de récord, con una crispación social y política inaguantables que solo el talante tranquilo y noble del ciudadano canario ha impedido que se vuelva en una revuelta social, usted se permite el lujo de pavonearse presumiendo de aquello que debería ser la normalidad, es decir, que no se cometan irregularidades desde las esferas del poder, perdóneme que le diga en tono canario…
¡ Ya el conejo me riscó la perra ¡
¿Qué pretende, que le demos un premio por hacer lo que debe, cuando ha dejado de hacer lo más importante que es atender a su pueblo?
Cuando usted presume de semejante logro debiera de reflexionar antes en lo que ha dejado de herencia a sus hijos, a los ciudadanos de esta tierra, a jóvenes como Juanma que penan el abandono de las políticas sociales o económicas que debieran haber conseguido que en Canarias, una tierra donde el turismo va disparado sin embargo no se contrate masivamente, ni se construyan nuevos hoteles, ni se mejore la economía a la velocidad que todos esperaban; otra raya más para el tigre, señor Rivero.
Dice un refrán “dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”, usted no tiene nada de que presumir, señor Presidente, vende humo, el mismo que ha estado vendiendo durante 8 largos años; al final de su mandato, en su retrato postrero le pondrán como epitafio eso de “Tanta paz lleves como descanso dejas”.
El caso de Juanma es sintomático. Canarias necesita un cambio a mejor, una revolución en los modos de gobernar, la entrada de gente nueva, sin lastres, sin complejos, que no se asuste de las presiones y en vez de comentarlo como una anécdota se vaya a los juzgados a denunciarlo, necesita de buenos gestores, profesionales y preparados no de aficionados y vividores que no saben hacer otra cosa y se meten en este chiringuito para medrar.
Porque Juanma podría ser mi hijo y me duele, podría ser el hijo de cualquiera de ustedes, podría ser incluso su hijo, señor Presidente, de hecho lo es a pesar que usted no haya mirado por él o por su familia porque simplemente no le interesa.
Juanma es un desheredado, uno más de los miles de canarios que sufren por culpa de una pésima gestión que llega a su fin en breve.
Otros dos refranes para acabar:
“No hay mal que cien años dure…, ni cuerpo que lo resista”
“Otro vendrá, que…, No, no señor, este no me vale, porque no creo que los canarios vayan a volver a equivocarse otra vez eligiendo, eso espero por el bien de todos.
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