Vemos cada día en la prensa, radio y televisión, noticias referentes a la situación social generada por la crisis económica que se ha cebado con las clases más desfavorecidas de nuestra sociedad y especialmente en las Islas Canarias.
Además de condenar definitivamente a los más pobres, ha aumentado el ratio de pobreza, dejando a miles de familias fuera de la sociedad del bienestar que tanto nos ha costado alcanzar y que ahora, por mor de los recortes y la austeridad se ve seriamente amenazada, cumpliéndose la máxima que indica que en situaciones de crisis los ricos se hacen más ricos y los pobres, más pobres.
Pero es que además en Canarias, todo esto está mucho más agravado, por nuestra especial situación de lejanía a la península, por el mal trato que nos suelen prestar quienes deben velar por nuestro bienestar y desarrollo desde allí y sobre todo, por la nefasta gestión de todo lo que debiera garantizar ese bienestar que realizan los de aquí.
Me da igual de que corriente política sean, a que partido pertenezcan, son todos iguales, al menos en el maltrato a esta tierra alejada y singular, que cada vez más se acerca a la hecatombe social y económica, y que acabará cumpliendo con la imagen que muchos que no habían venido a nuestro archipiélago tenían de nosotros, que vestimos con badanas, tomamos el sol en la playa y enderezamos plátanos durante el día, porque no valemos para otra cosa.
Me niego a reconocer que hemos perdido toda esperanza, porque creo que este pueblo, su gente y su idiosincracia noble y amistosa no merece esta condena, pero a las pruebas me remito.
Si nos ponemos a mirar a las hemerotecas no hallamos más que faltas de respeto y declaraciones contra nuestra gente, como aquella del edil leonés que cacareaba que los canarios salíamos muy caros... el mismo que no recordó que con nuestros impuestos se generó una minería, se dotaron de infraestructuras, se transformó la industria de su tierra y seguramente cobra un grosero sobresueldos en su dedicación publica que también le pagamos los canarios.
O recientemente cuando una empleada de una empresa de aviación que se dice de Bandera de nuestro país, dejaba en tierra a un hijo de los nuestros, menor de edad, porque había extraviado el certificado de residencia para retornar a Canarias desde Madrid, sin oir las súplicas de su madre y hasta de la Benemérita que intervino a favor de este menor.
La misma existencia de esa obligación documental, el certificado de residencia, artículo de otros tiempos, que tilda de delincuentes a los canarios que no lo expidan para poder recibir la anuencia para poder pagar un poco menos por viajar a la península a trabajar, al médico, a ver a nuestra familia o a lo que nos diera la gana, porque con nuestros impuestos también se contruyeron las autopistas, autovías y AVEs que no tenemos en Canarias, porque hemos sido solidarios cuando nos ha tocado, cosa que otros que solo miran para su propio ombligo no ha hecho y nos tildan de afortunados.
Ahora pretenden tambien llevarse la vigilancia volcánica a la península, otra más en la frente, porque se ve que los volcanes del Campo de Calatrava o de Olot generan mucho má riesgo volcánico que los de Canarias, y dejarán de nuevo a este archipiélago sin una Directriz Básica, sin el control de los escenarios y sin aportación económica para la ciencia y la investigación, todo por contentar a un lobby pseudo-científico catalán que está enquistado en ciertos departamentos del ministerio desde hace años.
Nosotros no tuvimos la culpa de que Franco saliera desde estas colonias a liderar el glorioso movimiento nacional, parece que alguien quiere hacernos pagar por ese delito y que para callar a unos y no a otros territorios, el régimen se dedicara a beneficiar a quienes le fueron contrarios fastidiando a los otros, como fue en el caso de la industrialización de Cataluña o el Pais Vasco, eso pasó hace muchos años, pero estamos sufriendo ahora las consecuencias, esos territorios además siguieron siendo históricamente beneficiados durante nuestra reciente democracia, por ello, ahora están capacitados para ser autosuficientes y sin embargo el resto de España, depende de los demás.
No le pasa lo mismo a Canarias, que a pesar de la histórica necesidad de inversiones reales y no subvenciones, ha carecido de interés para muchos gobiernos nacionales que la han ninguneado, también por culpa de quienes nos han estado gobernando durante muchos años, preocupados en muchos casos de sus propias cosas y no de las de los ciudadanos,... y entre todos la mataron.
Nosotros no somos culpables de vivier lejos, no tenemos la culpa de no ser autosuficientes, de tener una agricultura y ganadería que se ha ido gangrenando a base de subvenciones y privilegios para ser reducida a la mínima expresión del tomate y el plátano, que no producimos más que para el sustento del 10 % de la población y eso es peligroso y preocupante.
Mientras tanto, muchos recursos económicos y artificios financieros y contables han dilapidado el dineral de subvenciones y proyectos que venían a esta tierra disfrazados de acrónimos como REF, ZEC, AIEM, etc... dinero que no se ha empleado para lo que debía y no sabemos donde está o sospechamos donde puede estar.
Nosotros no somos culpables de que nuestro gobierno en Canarias no se preocupe de lo que está pasando a la mayor parte de los canarios, que engrosan en un tanto por ciento muy elevado las listas del paro, de la deficiente preparación y formación, de los problemas de la sanidad, de las listas de espera, del cierre de quirófanos, de la no apertura de hospitales construídos, de la externalización y privatización de muchos servicios necesarios que salen más caros, de la gente que no tiene vivienda, que pasa hambre en nuestras callles, de la situación de malestar que se está generando en torno a esta dejadez y abandono por parte de unos y otros... Esto está a punto de estallar, y si no lo ha hecho antes es porque nuestra gente es calmada y resignada, pero no somos imbéciles y cada día que pasa sin revertir esta situación, sin que se tomen de verdad medidas para variar el rumbo y afrontar los verdaderos problemas de los canarios es un día menos para que se produca una fractura irrecuperable entre Canarias y el resto de España.
Y no lo digo desde el punto de vista de ciertas tendencias independentistas o separatistas trasnochadas y fuera de tiempo y lugar que defienden algunos como bandera para el cambio. ¿Pero a dónde vamos a ir solos si no tenemos ni para aguantar un mes? Tampoco me vale la deriva nacionalista que ha demostrado con suficiencia su completa y absoluta incapacidad para hacer de Canarias un territorio para la oportunidad, el trabajo, la cultura, el desarrollo, la industria, la innovación o las energías renovables, campos en los que nuestro archipiélago tiene posibilidades más que indudables de ser lider en España, Los nacionalistas han negado más de tres veces a Canarias y a los canarios, los han traicionado en muchas ocasiones y ahora sufrimos las consecuencias de su mala gestión y nuestra pésima elección.
Necesitamos otra vía, la de los ciudadanos libres, sin ataduras políticas, sin bagajes pero con experiencia en los campos de la gestión, de la cultura, de la ciencia, de la economía, del turismo, de las artes, de la seguridad, de la justicia etc... que sean los profesionales los que se pongan al frente de la dirección y gestión de lo público que tenemos muchísimos buenos profesionales para hacer mejor lo que otros pudieron y no quisieron o supieron hacer.
Es necesario que se genere una corriente ciudadana para la reorganización social de la gestión pública, y debe hacerse a través de los partidos políticos porque son el objeto que nos dimos en democracia para ejercer nuestro derecho al sufragio, que los partidos lideren este cambio, esta regeneración de sus cuadros incorporando verdaderos profesionales y no a muchos vividores de la política que se han estado repartiendo el poder, generando echaderos, cobrando sobresueldos o llevándose los dineros a Suiza, Uruguay o Cabo Verde, me da igual.
Volver al espíritu de la transición, donde muchos ciudadanos con experiencia de trabajo entraron a formar parte de aquellos partidos que facilitaron el tránsito a la democracia y constituyeron los primeras administraciones, los de ahora no nos valen, se ha demostrado su ineficacia e ineptitud y lo mejor es que se vayan para su casa.
Que se reorganice la administración pública también en Canarias, que desaparezcan esos órganismos, entidades, fundaciones o empresas públicas o de lo público que no son necesarias, que están repetidas o cuya finalidad no esté siendo desempeñada por dos o más administraciones, eliminar lo vano y lo superfluo, los gastos de representación, los coches oficiales, los móviles, ipads, regalos, comisiones inútiles, prebendas, viajes, billetes, televisiones y policías innecesarias. Tenemos que meter el cuchillo a saco, porque no puede ser que el dinero que pagamos en impuestos se gaste en otra cosa que no sea nuestro bienestar y el de nuestros conciudadanos.
Ya está bien de pagar condenas por fallidos de la administración y que quienes otorgaron o denegaron las licencias, los permisos o las autorizaciones no sean condenados también por su incapacidad; en vez de ello, les cambian el cargo y les premian con otro puesto... ¿Saben ustedes cuantos miles de millones de pesetas se ha ido a manos privadas por culpa de estos fallidos, en vez de ser invertidos en nuestra tierra y en nuestra gente?
Es necesario también, acabar con el enjambre legislativo de esta tierra, donde hay normas que se contradicen tanto como quien tiene asumidas las competencias de cada caso, lo que hace que muchos no sepan a que atenerse o en el peor de los casos, a río revuelto...
Debemos apostar por este cambio y esta regeneración, pedirla, exigirla, debemos ser activistas en este aspecto, por el bien de todos es necesario variar el rumbo y solo se logra desde el activismo social, valiéndonos de nuestros medios, por ejemplo las redes sociales, generando opinión, fomentando la discusión de estos temas en los foros públicos.
Ojalá tuvieramos la suerte de contar con unos medios de comunicación libres y no sometidos al imperio económico, comercial o político como nos pasa en esta tierra. El cuarto poder es una herramienta indispensable para el mantenimiento de este régimen económico y social, los políticos lo saben y por eso lo controlan desde las administraciones, es algo tan evidente como maloliente y solo un cambio radical en ese tic tan acentuado podría hacer triunfar desde esas tribunas de opinión la idea de la regeneración social. Reconozco que hay algunas excepciones pero otros más poderosos acallan sus opiniones o les niegan la tribuna.
Solo nos queda este medio, Internet y nuestros blogs, nuestros portales de Facebook, Twitter o Twenty, etc..., así que al menos mientras podamos, seguiremos siendo beligerantes y críticos con nuestras opiniones.
Para finalizar y volviendo al principio de este post, Canarias no se merece seguir condenada y ninguneada por los de aquí o por los de allí.
Nosotros NO somos culpables de ser canarios, pero SI somos orgullosos de serlo.
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