Estamos viviendo desde hace ya unos meses una crísis sismo-volcánica en la isla del Hierro, que se ha manifestado con una erupción volcánica submarina que precisamente hoy se halla en el máximo apogeo, con varias bocas expulsando materiales y creciendo poco a poco y quien sabe si en pocos días llegará a salir a la superficie y nos asombrará aún más de lo que lo está haciendo hasta ahora.
Paralelamente a esta situación, generada por un fenómeno natural, se ha desarrollado una situación de grave crisis económica que a la par del resto del mundo, se ha hecho más evidente y angustiosa en la isla del Hierro, especialmente para los habitantes de La Restinga, cuyo puerto da cara al mar de las Calmas, que alberga en su seno al volcán por ahora submarino.
En este escenario de complejidad e incertidumbre, en el que muchos ciudadanos canarios están pendientes de la evolución del fenómeno sufriendo de paso los embates de la crisis generada, el Gobierno de Canarias, responsable de la gestión de la misma por medio de la aplicación del PEVOLCA, asumió en el orgen que la dirección científica debía ser llevada por el IGN, organismo dependendiente del Ministerio de Fomento a quien por Real Decreto 1476/2004, del Consejo de Ministros en su artículo 13, dicta:
“Dirección General del Instituto Geográfico Nacional.
…1. La Dirección General del Instituto Geográfico Nacional ejerce las siguientes funciones:
c. La observación, detección y comunicación de los movimientos sísmicos ocurridos en territorio nacional y áreas adyacentes, así como el estudio e investigación en sismicidad y la coordinación de la normativa sismorresistente. Igualmente, la observación, vigilancia y comunicación de la actividad volcánica en el territorio nacional y determinación de los riesgos asociados.
…2. La Dirección General del Instituto Geográfico Nacional está integrada por los siguientes órganos con rango de subdirección general:
b. La Subdirección General de Astronomía, Geodesia y Geofísica, a la que corresponde el ejercicio de las funciones descritas en el apartado 1.a, a través del Observatorio Astronómico Nacional; 1.b, a través del Centro de Observaciones Geodésicas; 1.c, a través de la Red Sísmica Nacional…
DISPOSICIÓN ADICIONAL QUINTA. No incremento de gasto público.
La aplicación de este Real Decreto, incluida la creación y modificación de las unidades sin nivel orgánico de subdirección general previstas en su articulado, se hará sin aumento de coste de funcionamiento de coste de los respectivos órganos directivos y no supondrá incremento de gasto público.”
En este marco legal de cierta indefinición por cuanto de compleja y amplia resulta la misión del estudio de los fenómenos volcánicos y el riesgo asociado al mismo, y con ese propósito tan vago expresado de forma explícita al señalar que no se ha de invertir para su desarrollo (que resulta de la lectura de la D.A. quinta), nuestra sociedad, sobre todo la Canaria, no podía ni debía quedarse impasible por la relevancia de este tema.
Por ello, avanzado el tiempo en el año en su sesión plenaria de 2 de noviembre de 2005, por asentimiento unánime de todos sus miembros, el Senado aprobó una moción instando al Gobierno de la Nación a la creación del Instituto Volcanológico de Canarias.
Este acuerdo fue aplaudido por todos, en toda España, en las Islas Canarias y fuera de ellos. Poco después, en enero de 2006, el Parlamento de Canarias aprobó una Proposición no de Ley que decía textualmente “que se tomen las medidas precisas para que, con carácter urgente e inaplazable, se proceda a la creación del Instituto Volcanológico de Canarias (IVC), financiado principalmente por la Administración del Estado y de la Comunidad Autónoma de Canarias, con el apoyo de los Cabildos Insulares” además de detallar sus funciones principales.
Después de casi dos años de este acuerdo unánime del Senado que tantas ilusiones había despertado, el Senador y Presidente del Cabildo de Tenerife, volvió a solicitar en la Cámara Alta que se constituyera urgentemente el Instituto Volcanológico de Canarias.
La ministra de Educación y Ciencia de turno se limitó en su respuesta a alabar las distintas iniciativas que el Gobierno había llevado a cabo para mejorar la investigación en materia vulcanológica, sin responder en absoluto a la pregunta concreta que se le había hecho, y eso que tenía ascendencia canaria (a veces no hay peor astilla que la de la misma madera).
Hoy, casi siete años después de esta primera iniciativa, que sin duda está más que justificada por todo lo acontecido hasta hoy:
- cuando tenemos un volcán submarino en plena actividad,
- cuando no se tienen del todo clara la posible evolución del fenómeno de ahora en adelante,
- cuando desconocemos los posibles y futuros escenarios eruptivos que se pueden dar en nuestras islas,
- cuando el seguimiento de los gases volcánicos que son sin duda los motores de las erupciones y los mejores precursores de éstas debe potenciarse y mejorarse por las evidentes ventajas que esto puede conllevar en la prevención y estimación del riesgo,
- cuando la monitorización de los sistemas volcánicos de nuestra tierra está prácticamente en pañales, sobre todo si nos fijamos en los métodos científicos y los medios de que se valen en otros países supuestamente no tan avanzados como el nuestro, pero si más concienciados de sus riesgos y de la necesidad de asumirlos y estudiarlos,
- cuando los equipos dedicados a estas labores de monitorización de gases, sismicidad, gravimetría, deformación, temperatura, presión, etc… no están ni homologados para todas las instituciones que los instalan para realizar sus trabajos, ni están homologados los métodos de medición, por lo que los datos que se obtienen no tienen el mismo valor, escala y significado, al no existir una coordinación de medios y estrategias científicas para llevar a cabo dichas mediciones,
- cuando no existe un centro de referencia que agrupe a todos los científicos, organismos e instituciones públicas y privadas que tengan interés en el estudio, la prevención y la gestión del riesgo volcánico en Canarias y por ende, en España….
Se me ocurren, muchas, muchísimas razones más para exigir que los representantes de la soberanía popular, los miembros de las administraciones públicas que hemos elegido para la gestión de nuestros impuestos, se pongan a trabajar de una vez por todas en la creación, el impulso insoslayable y el establecimiento definitivo de un INSTITUTO VOLCANOLÓGICO DE CANARIAS, con sede lógica en nuestra tierra, que sea ese Centro aglutinador de todos los esfuerzos en la dirección del estudio del volcanismo en nuestro país, que se constituya como referencia no solo a nivel regional, ni nacional, también europeo o mundial de este estudio tan importante, VITAL para Canarias, porque somos tierra de volcanes, vivimos sobre ellos y no podemos seguir dando la espalda a este fenómeno.
Que bonito nombre, INVOLCAN, sugerente hasta más no poder, como el texto que representa INSTITUTO (lugar de enseñanza y aprendizaje, aglutinador) VOLCANOLÓGICO (habla de nuestra esencia natural) DE CANARIAS (especialmente de esta tierra, porque somos tierra de volcanes).
Por encima de rencillas de patio de colegio, por encima de idearios políticos, por encima de lobbys científicos más o menos establecidos, por encima de todas estas impertinencias esta la seguridad de los ciudadanos, está el conocer mejor nuestra tierra, nuestro origen y destino, está la Ciencia en el más amplio sentido de la palabra, está la Investigación y el mejor desarrollo de nuestro archipiélago, nos jugamos mucho, si no sabemos afrontar estos retos con inteligencia y aprovechando los medios y las oportunidades que nos brinda la naturaleza, quizás no vean desde fuera como incapaces, torpes y hasta peligrosos.
¿Qué visión tendrán de nostros esos miles, millones de visitantes que ahora observan estupefactos la desorganización y el caos informativo que se produce en torno al fenómeno del volcán del Hierro?. Por no hablar de otros aspectos más relacionados con la gestión de la emergencia que están casi todos los días en los medios de comunicación o en boca de lo políticos de cualquier administración.
Simplemente PATÉTICO.
Espero que este momento sea de verdad un punto de inflexión y suponga un cambio en las formas y las realizaciones de quienes deben hacer y no esperar.
Por ello, y como colofón de este extenso alegato personal, voy a reproducir a continuación el texto que hace ya unos años, redactó mi amigo Nemesio, científico y volcanólogo, director de la división científica del ITER del Cabildo de Tenerife y hoy, impulsor del INVOLCAN, al que dedica muchas horas junto con su maravilloso personal a los que me precio de conocer por razones de trabajo y rindo con este documento tributo público a su inconmensurable labor tan desconocida como importante y que espero algún día, vean plenamente recompensada.
"Instituto Volcánológico de Canarias
100 años de I+D (Ignorancia + Desidia)
Nemesio Pérez (*)
El Instituto Volcanológico de Canarias (IVC), una de las piezas claves que debe disponer la sociedad para cumplimentar las acciones destinadas a la reducción del riesgo volcánico en este país, y que debe llamarse de Canarias en lugar de Nacional, dado que esta es la única región volcánicamente activa del territorio español, aún continúa sin materializarse. Este centro lleva solicitándose desde hace casi 100 años, desde que Lucas Fernández-Navarro (1869-1930), entonces presidente de la Sociedad Española de Historia Natural, instaba a la puesta en marcha y creación de este tipo de organismo a raíz de la erupción del volcán Chinyero en noviembre de 1909. "La creación de un observatorio en el Teide debiera ser considerada como una deuda de honor nacional. Tener una montaña de la altura y naturaleza del Pico de Tenerife, en tan excepcional situación geográfica y no aprovecharla para desde ella contribuir al adelanto de la meteorología, de la volcanología y de la sismología, es sencillamente un crimen de la lesa ciencia y un sonrojo". 1.
Desde entonces han sido muchos los intentos a lo largo del siglo XX hasta el presente de rescatar esta iniciativa e impulsar la creación y su puesta en marcha, pero siempre se ha encontrado con la oposición de poderes muy alejados de estas islas y del interés general para que esta iniciativa no viera la luz.
Hoy se cumplen dos años desde que el Senado Español acordó y aprobó por unanimidad solicitar al Estado la creación del IVC, a raíz de una moción presentada por el senador por Tenerife Ricardo Melchior. Esta decisión unánime, llena de sentido común y responsabilidad pública, recibió posteriormente el apoyo de más de un centenar de miembros de la comunidad científica nacional e internacional. A esta iniciativa del Senado Español se le sumó poste-riormente una declaración también unánime del Parlamento de Canarias, a raíz de una Proposición No de Ley presentada por el PSC-PSOE, para impulsar la creación del IVC y diseñar cuales serían sus funciones. Como consecuencia de estas dos importantes declaraciones institucionales, la comunidad científica nacional e internacional reunida en Garachico el pasado mes mayo de 2006, con ocasión del 300 aniversario de la erupción volcánica que marcó el desarrollo de este municipio norteño en el siglo XVIII, volvía a congratularse y animar a la administración española a poner en marcha cuanto antes el IVC.
En la historia de Canarias no ha habido precedentes de una iniciativa de carácter científico tan unánimemente solicitada y apoyada desde todos los ámbitos, políticos, científicos y ciudadanos instando a las administraciones del Estado y del Gobierno de Canarias para que sea creado el Instituto Volcanológico de Canarias. No se comprende como aún la Administración del Estado no haya recogido esta solicitud unánime del Senado para que inicie, conjuntamente con las otras administraciones, los trabajos necesarios para poner en marcha este Instituto, cuyo fin es reducir el riego volcánico y contribuir a la seguridad de los ciudadanos.
Evidentemente la ciudadanía española, en su conjunto, no es consciente del riesgo volcánico en España, de lo contrario, el IVC hubiera existido desde hace mucho tiempo. Entre las muchas razones sobre esta falta de sensibilidad pudiera estar que este tipo de riesgo natural sólo afecta a una pequeña parte del territorio español, muy alejado del continente [europeo] y de escaso peso en la política nacional. Pero existen otras razones como: (1) la frágil memoria de los canarios y de la sociedad española en su conjunto respecto a este tipo de fenómenos naturales, dada la relativa baja frecuencia de erupciones volcánicas ocurridas en las Islas Canarias durante los últimos 500 años; (2) el error de creer y transmitir a la sociedad por parte de algunos científicos y organismos, que las erupciones históricas en Canarias no han ocasionado pérdida de vidas humanas; (3) el pensar que el escenario volcánico más probable en Canarias -erupciones basálticas de bajo índice de explosividad- no representa un importante riesgo para la población, dado que en el pasado reciente (últimos 500 años) este tipo de fenómeno natural no causó un importante número de pérdidas humanas, olvidándose que en la actualidad la densidad de población, el uso del territorio y el comportamiento cívico de la ciudadanía es muy diferente a la de tiempos anteriores; (4) el creer y transmitir a la sociedad por parte de algunos científicos y organismos que las erupciones volcánicas en Canarias son tranquilas, olvidándose de que este término no puede ni debe aplicarse a ningún fenómeno natural adverso por muy pequeña que sea su magnitud y los efectos que pudiera llegar a generar; (5) el creer que las futuras erupciones volcánicas en Canarias sólo serán como las ocurridas durante los últimos 500 años, olvidándose de que durante el pasado reciente geológico (últimos 10.000 años, equivalente sólo a un 7% de la vida del volcán Teide, que aún continúa activo), se han registrado en las islas erupciones con un mayor índice de peligrosidad que las ocurridas en los últimos cinco siglos.
Es evidente que hoy por hoy para nuestros gobernantes el IVC no es fundamental para contribuir a la seguridad de los ciudadanos canarios ante el fenómeno volcánico, ni tampoco es una pieza clave para el liderazgo y desarrollo científico-tecnológico de Canarias en el campo de la volcanología, geología, sismología, etc. y de sus recursos naturales (hídricos, mineros, rocas industriales, energía geotérmica, medio ambiente, cambio climático, turismo generado por la singularidad volcánica, etcétera). Esta realidad es tan evidente, que reclamar a la Administración la creación urgente e inaplazable del IVC, de acuerdo con las decisiones unánimes del Senado Español y Parlamento de Canarias, nunca debiera tomarse ni entenderse como argumento al servicio de intereses políticos; simplemente es un ejercicio de responsabilidad pública demandar su urgente creación dado que es una deuda de honor nacional como reclamara hace 100 años Lucas Fernández-Navarro.
El IVC continúa anclado en la ineptitud y falta de voluntad de quienes tienen la obligación de garantizar la seguridad de las personas por razones quizás inexplicables para nosotros, pero que en definitiva se encuentran muy estrechamente relacionadas con la ignorancia y la desidia. La cruda realidad, tan presente y continuamente reiterada a los largo de nuestra historia, es que "tiene que tronar para acordarse de Santa Bárbara", lo que referido al Instituto Volcanológico de Canarias significa que habrá que esperar a la próxima erupción volcánica o crisis sísmica. Muchas cosas entonces serán demasiado tarde. Fernández Navarro, Lucas (1911). Erupción volcánica del Chinyero en Noviembre de 1909. Anales de la Junta para la Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, vol. 5, pp. 1-98.
(*) Además de Nemesio Pérez (Geoquímico), también firman este documento: Carlos E. Alvarez (Biólogo), Carmen Arbelo (Edafóloga), Fernando Ayllón (Geólogo), Demetrio Armas (Químico), José Barrancos (Físico), Rafael Becerra (Geógrafo), Marianela Brito (Geóloga), Susana Briz (Física), David Calvo (Geólogo), Juan Jesús Coello Bravo (Geólogo), Javier Dóniz (Geógrafo), Antonio Eff-Darwich (Físico), José María Fernández- Palacios (Ecólogo), Francisco García-Talavera Casañas (Geólogo), Rafael Gosálvez Ubaldo (Geógrafo), Elena González Cárdenas (Geógrafa), Luís González de Vallejo (Geólogo), Luís Hernández (Geólogo), Manuel Hernández (Ingeniero Agrónomo), Pedro A. Hernández (Geoquímico), Dina López (Geóloga), Rayco Marrero (Geólogo), Juanjo Martín (Periodista), Gladys Melián (Geoquímica), Dácil Nolasco (Bióloga), Germán Padilla (Físico), Eleazar Padrón (Geoquímico), Antonio Rodríguez (Edafólogo), Miguel A. Rodríguez (Químico), José A. Rodríguez Losada (Geólogo), Carmen Romero (Geógrafa), Antonio Santana (Geógrafo), Juan Carlos Santana (Técnico Especialista), Maica Solana (Geóloga), Francesco Sortíno (Geólogo), Eustaquio Villalba (Geógrafo).
Si me permite, Sr. Nemesio, YO TAMBIÉN LO SUSCRIBO.
¿Y tú?...
Digan por favor, donde hay que firmar.
ResponderEliminarEs vergonzoso que organismos como el IEO, el IGN y el CSIC estén bajo la ley marcial del Pevolca...
ResponderEliminarEs vergonzoso que la gente que estamos interesados en la divulgación científica, no hayamos podido tener acceso a una batimetría desde el 13 de noviembre...
Después de un mes, lo único que podemos ver en la página del CSIC es un dibujito viendo el perfil del cono del volcán y la pluma de piroclastos...
1 mes para eso... y mil años en la España del botijo...
En la propia página del IEO nos dijeron que la publicación de las batimetrías del Gamboa era incumbencia del Csic...
Ahora en la página del Csic se nos informa de que ellos están entregando un flujo constante de información al PEVOLCA...
Y el Pevolca es quién está cortando y limitando que ese flujo de información llegue a toda la gente interesada en este fenómeno...
5 meses de crisis y... mil años en la España del botijo...
Después de que el volcán esté registrando durante 60 horas explosiones a cada 5 minutos, lo único que podemos leer en el informe del iGN es que el volcán está registrando explosiones a cada 5 minutos...
Hasta un niño de infantil sería capaz de decirme eso mirando el espectrograma...
Yo espero alga más de estos científicos; que me cuenten el porqué, el cómo, el cuándo, el dónde...
60 horas de explosiones y... mil años en la España del botijo...
El "tratamiento" de la información y el qué se publica y cuándo está bajo la ley del silencio del Pevolca... bajo la ley marcial del Pevolca...
Aún podríamos pensar que ese "tratamiento" y censura de la información en lo relativo a los eventos del Hierro pudiese beneficiar a su población...
Pero esto no es así...
Este tratamiento de la información sólo beneficia a la cúpula política dirigente...
La población de El Hierro, toda la gente interesada en este fenómeno, y toda la gente que ama la divulgación de las ciencias debemos exigir que acabe la ley del silencio del Pevolca.
No hay ninguna situación de emergencia nacional que justifique la "militarización" de organismos como el IEO, IGN, CSIC bajo una ley marcial impuesta por el Pevolca.
Exigimos la transparancia informativa TOTAL...
Todo mi apoyo a INVOLCAN.