Desde que se iniciara el fenómeno eruptivo-volcánico al sur de la isla del Hierro, los científicos que conocen de la materia han estado investigando, cada uno con sus métodos y aprovechando los medios de que disponen para conseguir establecer con el método científico más adecuado, las circunstancias y características especiales de este proceso, así como las peculiares que lo rodean al tratarse de una erupción submarina que tan pocas veces hemos tenido el privilegio científico de su estudio pormenorizado en nuestro país.
A pesar de esta singularidad, nuestra administración, lejos de poner todos los medios necesarios o convenientes para realizar precisamente este estudio sobre el terreno y a los mejores en la dirección de esta investigación, han estado escatimando medios y esfuerzos, pensando más en otros problemas, sin duda de extrema gravedad pero no comparables a la realidad eruptiva del Hierro, que ha agravado tanto su maltrecha economía ya tocada de muerte por la crisis económica global que padecemos.
Todos sabemos que por más medios que tengamos y pongamos a disposición de la sociedad civil, no vamos a conseguir eliminar el riesgo, es decir, la erupción volcánica, los gases, las manchas marinas y los sismos se van a producir de igual forma con científicos o sin ellos. Pero lo que va a variar sin duda alguna, es la percepción del Riesgo que todos tenemos, es decir, con el conocimiento y el estudio de las áreas de riesgo disminuimos sus efectos, porque una sociedad preparada y educada en ese conocimiento está mejor preparada para afrontarlo y superarlo a pesar de las consecuencias.
Por eso es tan necesario mantener la "llama del conocimiento" acerca del volcanismo de nuestro archipiélago, y para ello se puede actuar desde muchos campos como son la aplicación de programas de educación general a toda la población, que por medios audiovisuales ayudan a la mejor comprensión del Riesgo Volcánico, y muchos otros que se podrían y deberían implementar para mejorar nuestra formación sobre el particular.
Pero por encima de estas consideraciones y más allá de la formación que nuestra sociedad precisa, hay que tratar el fenómeno actual con todos los medios que dispone la Administración que todos pagamos con nuestros impuestos, y que algunos organismos de servicio público deben poner a disposición de todos los contribuyentes por el hecho de ser ciudadanos españoles, sin distinción de ninguna clase.
Y he aquí que algunos de estos organismos no entienden precisamente cual es su cometido, el primordial, la encomienda de gestión de un servicio público que debe funcionar las 24 horas del día, los 365 días del año, sin que haya motivo para dejar de prestar este servicio, salvo por causa de fuerza mayor justificada que en todo caso debe ser informada a los ciudadanos por la exigencia propia de un Servicio Público.
A nadie se le ocurre que algo tan fundamental como la información meteorológica, tan especialmente sensible en determinadas fases del año pero sin duda requerida y consumida por todos los ciudadanos a diario, deje de ser ofrecida durante 6 horas, o que en un Telediario de una cadena pública, por ejemplo, se de una información desfasada o retrasadao se cercene la misma, porque los encargados de transmitir y elaborar esa información, (meteorológica o de cualquier otro tipo), no la han recabado o no la han puesto a disposición de todos sin causa justificada.
Pues esto pasa con la información de la sismicidad a nivel nacional y por supuesto a nivel de Canarias, relacionada con el volcanismo, y pasa muchas más veces de lo que pudiera resultar JUSTIFICABLE, ya que en este año, y desde que estamos sufriendo el fenómeno volcánico de la isla del Hierro, el al menos tres ocasiones se ha producido un APAGÓN de los sistemas de información pública del Instituto Geográfico Nacional y de la Red Símica Nacional del Ministerio de Fomento.
El primero de los episodios se produjo durante el mediodía del 20 de Noviembre, día de las Elecciones Generales, que duró desde las 13:30 horas hasta las 18:00 horas (GMT). Podríamos pensar, que la administración pudo reservar el máximo ancho de banda de sus sistemas para la transmisión de los datos del Ministerio del Interior, pero eso hubiera sido normal en las horas cercanas al escrutinio y no al mediodía, cuando el flujo de datos era mínimo y solo afectaba a las primeras estimaciones de participación y las novedades que fueron testimoniales por no decir que inexistentes.
El segundo de los episodios se produjo durante el puente de la CONSTITUCIÓN – INMACULADA, precisamente durante las horas centrales del día 6 de diciembre y por más de 6 horas, entre las 13:00 y las 19:00 horas.
El tercero lo tenemos en el día de hoy, 26 de diciembre y ha durado en principio desde las 22:00 horas de la noche de ayer hasta las 10:00 horas de hoy, es decir 12 horas de APAGÓN vergonzoso e injustificable, durante los cuales, ni los científicos que estudian el fenómeno, ni los ciudadanos en general, aficionados o no a estos temas, ni siquiera los sufridos herreños, han podido tener esa información de servicio público que obliga a la Administración y a los organismos dependientes de ella a facilitarlos a todos los españoles.
Seguramente los herreños, para ciertos organismos del Estado son españoles de tercera, porque solo por el hecho de ser Canarios, ya son ciudadanos de segunda, como vemos a diario en esas peculiares actuaciones respecto de nuestra tierra que ciertos entes estatales observan con respecto a Canarias, a la hora de estimar el origen lejano, archipielágico o volcánico de nuestras islas.
Lo peor no es ese maltrato continuo e injustificado, ni siquiera ese apagón, lo peor es la CEGUERA de los canarios, es la inexplicable actitud de nuestros representantes, de nuestra administración autonómica que lejos de exigir para nuestra tierra, para nuestros conciudadanos y paisanos el mismo trato que el del resto de los españoles, y salvo algunas dignísimas excepciones que por supuesto, confirman la regla, prefieren echarse en los brazos de ciertos organismos de la administración central para que les resuelvan los problemas que su incompetencia y dejadez no les han permitido prevenir y remedar a tiempo, quizás porque confían más en los de fuera que en los propios como suelen hacer quienes no tienen argumentos sólidos para defender una situación que ellos mismos han generado.
Me da pena que estemos abocados a que vengan otros, y haciendo carroña de estos despojos, saquen ahora beneficio creando otro Instituto, Organismo o Consejo para unificar a los que no saben hacer su trabajo desde la Administración, con todos los medios a su alcance y que los Canarios tengamos finalmente que quedarnos como siempre, compuestos y sin novia, dejando aparcado a nuestros Instituto Volcanológico de Canarias, por la incompetencia y falta de determinación de nuestros regidores públicos.
Ya se están oyendo iniciativas en este sentido, y es hora de ponerse las pilas si no queremos que desde Madrid, nos vuelvan a tomar el pelo a todos los Canarios, a los que por cierto, no se ha dado ni una sola explicación ni justificación de ese APAGÓN informativo, que resulta patético sobre todo pensando en lo que puede pasar en el futuro, en el que seguro tendremos más manifestaciones volcánicas, mayor riesgo y me temo, un pésimo y peor servicio.
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