¡ QUE VIENE EL TANGANASOGA !

Volcán Tanganasoga - cumbre de El Hierro

La crisis sísmica que se está produciendo desde hace ya dos meses y que ya a nadie se le escapa tiene origen volcánico, está acaparando portadas de periódicos, medios digitales, radios y hasta televisión, por la espectacularidad de este tipo de fenómenos y sobre todo por la repercusión que para una isla tan singular como la de El Hierro supone este acontecimiento, por encima de las situaciones de angustia personal, temores de todos los ciudadanos y desasosiego que produce el no saber exactamente que va a suceder, en qué plazo y con qué magnitud.

Desde el estudio de las erupciones históricas de la isla del meridiano, no se tiene constancia fehaciente que se haya producido en tiempos recientes ningún fenómeno eruptivo, si bien en las crónicas del año 1793 se refiere a un fenómeno de ruidos y sismos muy fuertes que presagiaban una erupción en la zona de la cumbre del Golfo, próxima a montaña quemada, por lo que se prepararon para este escenario sin que quede constancia de que finalmente se produjera esta erupción, quizás porque no se observó directamente o simplemente porque el magma no llegó a la superficie.

En cualquier caso, estos fenómenos naturales son ciertamente un poco caóticos en su desarrollo dentro de la periodicidad que suele acompañarlos y a pesar de existir procedimientos científicos que precisamente ahora se están poniendo en práctica en el estudio y la investigación del fenómeno sísmico de El Hierro y que ya se han demostrado como válidos en otros escenarios mundiales.

Es por eso, que nuestro fenómeno, el que se está desarrollando en Canarias, va a marcar sin duda alguna un hito en la investigación y en la prevención de manifestaciones eruptivas a nivel mundial, y eso por si mismo, debe reconfortarnos.

Por una parte está el estudio de las manifestaciones sísmicas, en base a las intensidades y magnitudes, si son sentidas, la duración y el intervalo de ellas, que suele estar más o menos relacionada con las probabilidades de la producción de un volcán desde los primeros momentos. Para que este sistema tenga verdadera importancia en la predicción de estos fenómenos, debe contar con elementos fundamentales como sismógrafos, estudios de la velocidad de avance de onda, tomografías del terreno, conocimiento de los materiales, estudios de profundidad, etc… que requieren de esfuerzo económico en la instalación de elementos de medida y el seguimiento e interpretación de todos estos datos.

Si tenemos en cuenta que en Canarias, este tipo de manifestaciones previas han durado en algunos casos hasta 13 años, debemos hacernos a la idea del esfuerzo que requiere para que sus resultados sean científicamente válidos, por no hablar de los errores que se pueden cometer en las valoraciones para los estudios de velocidad, profundidad, etc.. porque no conocemos exactamente que tenemos bajo nuestros pies.

También se cuenta con mediciones de deformación con sistemas GPS que pueden certificar movimientos del terreno con precisión de décimas de milímetro, y que ayudan a la investigación geodésica.

Otra faceta de la investigación es la del estudio de gases, como el radón presente en el magma y liberado en las erupciones, en las zonas donde se tiene conocimiento de la existencia de edificios volcánicos o donde se hubieran producido sismos que pudieran tener este mismo origen.

Para ello, los científicos requieren igualmente de un esfuerzo económico importante, en medios y personal, que iguala o incluso pudiera superar al anterior procedimiento, si bien los resultados que de este estudio de gases se obtienen son mucho más cercanos a la realidad de la predicción, es decir a la certeza para la prevención de la escalada del fenómeno eruptivo volcánico en las fases previas a la manifestación y con un plazo medio que suele estimarse en unos 5 días.

Este dato, debe hacernos reflexionar sobre la necesidad de que en esta tierra canaria, nacida, moldeada y regenerada por los volcanes a lo largo de la historia, y en la que viven muchos ciudadanos que ahora empiezan a mostrar una preocupación más que evidente por algo tan desconocido como cercano, se debe producir un cambio fundamental en el COMO hacemos y QUE debemos hacer para prevenir por una parte, y para educar a la sociedad canaria, para que lejos de mostrarse desesperados, desasosegados, alarmados, inquietos o simplemente asustados, sean verdaderamente conscientes de la realidad volcánica de Canarias, de la certeza que no solo puede producirse un volcán en el Hierro, cualquiera de nuestras islas está inevitablemente sometida a esta Espada de Damocles, y debe ser tan normal como conocido.

En cualquier país del mundo que sufra de fenómenos como éste, la sociedad está perfectamente informada de sus riesgos, de los procedimientos de emergencia, se tiene previsto absolutamente todo, se da información constante y cierta a toda la población, se le pone en antecedentes y se piensa siempre en el peor de los escenarios, sabiendo lógicamente que este fenómeno puede no producirse finalmente, y no como en nuestro país, que es más importante no alarmar, no generar miedos, se dan los porcentajes de probabilidad de que se produzca y no al revés, la probabilidad de que NO se produzca finalmente este fenómeno que quizás sea más entendible por la gente.

Eso no es genera miedo, sino confianza en nuestros científicos y en nuestros gestores, que muchas veces juegan a guerras mediáticas en unos casos o a esconder sus cartas en otros en aras de no se que intereses bastardos.

¿Qué podemos esperar de un país tercermundista en los presupuestos para la investigación volcánica?

Pues bien, ahora es el momento para cambiar todo esto, para reorganizar a todo el personal de los organismos e instituciones implicados en la actualidad, para el fomento de instituciones básicas como el Instituto Volcanológico de Canarias, que apenas cuenta con un presupuesto de 50.000 € anuales, y que solo con el robo de la estación de medición de gases de Cumbre Vieja en la Palma han perdido más de 35.000 €, y la información fundamental que este medio aportaba a la vigilancia volcánica.

Precisamente es el personal del INVOLCÁN el que lleva el estudio y seguimiento de los gases de los edificios volcánicos principales de Canarias y que en la actualidad están aportando datos muy fidedignos de la posible evolución de este fenómeno, basados en la experiencia internacional de sus miembros, en los datos especialmente significativos obtenidos por sus estaciones y en el trabajo sacrificado de todos ellos, que están poniendo de su bolsillo para continuar el trabajo iniciado, con la exclusiva finalidad de obtener la certeza científica y la definición de un procedimiento válido para la prevención de estos fenómenos.

Por último, como método de investigación se pueden realizar termografías o fotografías térmicas de los edificios volcánicos o zonas afectadas, (indicios de vegetación amarillenta, presencia de gases azulados, emanaciones de co2) que pueden ser estudiadas en el tiempo para determinar posibles anomalías térmicas que pudieran sugerir cambios en la morfología de estos edificios, que luego pueden ser monitorizados convenientemente para el seguimiento de las anomalías.

Y después de esta larga introducción con apuntes científicos que no son de mi cosecha, quiero finalizar aportando lo que es mi opinión, mi predicción de aficionado a la sismología, a la vulcanología y a la ciencia en general.

Creo que tendremos volcán.

Probablemente tarde aún unos cuantos días, quizás para finales de Octubre o para la primera semana de Noviembre tengamos ya una manifestación eruptiva en El Hierro, y no será en el mar, como muchos apuntan, yo creo que podría ser en la zona de cumbre del Golfo, cercana a la cumbre del Tanganasoga, que es el nombre del volcán que lleva ya unos 6000 años dormido y que ahora puede que haya despertado o lo esté haciendo poco a poco.

Y en el Hierro, por eso de que se la conoce por la isla tranquila, se producirán nuevos episodios sísmicos cada vez más frecuentes y de mayor intensidad y magnitud, hasta que el magma que está ascendiendo desde el fondo encuentre los tubos, grietas o galerías que dejó abiertas este volcán de Tanganasoga o el de Malpaso o Loma Quemada hace muchos años, ahora cerradas como una red de metro interior a la cumbre que llega a varios kilómetros de profundidad.

Porque una erupción volcánica nunca es TRANQUILA, eso que se lo digan a los paisanos a los que les salga un volcán en una finquita, detrás de su casa o en la montaña de enfrente (como dice mi amigo Nemesio), de tranquila nada.

"Un volcán echa de todo menos paz y amor".

Las manifestaciones son variadas, y van desde los sismos sentidos, a los derrumbes, las caídas de casas poco cementadas o sólidas, el corte de carreteras, de luz o de agua, los gases, las cenizas volcánicas, las explosiones magmáticas, los ríos de lava y otros más graves que prefiero no citar.

Todo ello en un escenario de ignorancia o desconocimiento porque llevamos mucho retraso en la educación de la población para que conozca y aprenda a convivir con el volcán, aprovechando los múltiples beneficios que comporta y estimando los riesgos de su manifestación violenta cuando le toca, porque son cíclicos según se ha demostrado con el tiempo.

Por ello, y confiando en que la sabia naturaleza y el Dios supremo se pondrán de acuerdo para minimizar los daños, espero que nuestro Volcán de El Hierro, sea ante todo una oportunidad para cambiar, para mejorar, para conocernos mejor, para darnos a conocer, para que nos ayude a superar la crisis, etc… y que no suponga más perjuicio que un tiempo de nerviosísmo y de intranquilidad propia del fenómeno, que sea superada por las medidas que los hombres, es decir todas las Autoridades Competentes pongan en marcha para prevenir los efectos, solventar las situaciones y sobre todo preservar la vida y la integridad de todas las personas...
...La belleza corre por cuenta de la Isla de El Hierro.