jueves, 6 de enero de 2011

YA SE ACABÓ LA CRISIS...


Empiezo a estar harto de la bobería y la solemne estupidez de mis paisanos, y peor aún, de algunos informadores o directores de medios de comunicación, respecto de la entrada en vigor de una Ley Anti-tabaco en estos primeros días del año que recién hemos estrenado.

Me explico:

Parece que, a la vista de las múltiples informaciones, sobre quienes están a favor o en contra, de las denuncias que ya se han presentado, de los motines o rebeliones en contra de la citada norma, de las imágenes de gente fumando a las puertas de hospitales, colegios etc. Y muchas otras majaderías, difundidas mayoritariamente en las primeras planas de los informativos públicos y privados, y hasta en los periódicos, nacionales o locales, pues bien, parece que la única noticia que merece la pena ser difundida o comentada es precisamente ésta.

Ya se acabaron los problemas sociales, la crisis económica, el paro y las preocupaciones por los salarios, la rebaja de las pensiones, el retraso de la jubilación, los conflictos sociales y económicos etc., y el único problema que tenemos en este puñetero país es el Tabaco.

Hay que ver que simples somos,... hasta yo me he vuelto un poco simple y demagógico pero es que la sensación de que no avanzamos en la conciencia social y que nos distraemos con la primera mariposa que pasa por delante de nuestra vista es cada vez más preocupante.

Dijo un sabio alguna vez que “a veces las ramas, no nos dejan ver el bosque” y eso es precisamente a lo que juegan muchos de los que como titiriteros de nuestra sociedad, manejan los hilos de las marionetas de la opinión pública y sobre todo publicada, y a menudo nos obsequian con cortinas de humo, escándalos absurdos o situaciones increíbles para distraer de manera muy certera la verdadera conciencia de los ciudadanos sobre lo que debe preocuparle y lo que no es más que un rumor veraniego.

Así, a veces demasiado a menudo, siembran de ramas cada vez mas espesas el bosque de nuestra percepción, dirigida por inteligentes manipuladores sociales, que consiguen su propósito de distracción con una efectividad a veces hiriente.

No hace falta sacar muchos ejemplos, como el de la entrada en vigor de esta normativa dirigida a mejorar la salud de los españoles, y que se ha convertido en el objetivo de todos los corrillos y reuniones de desayuno, comida o sobremesa, y que en algunos casos ha generado situaciones de violencia que deben ser erradicadas de inmediato para no exacerbar más los ánimos de aquellos fumadores que se sienten agredidos más incluso que los no fumadores.

Ejemplos como la gripe A, las vacas locas, fenómenos mediáticos como Belén Esteban, sucesos recientes como la operación Galgo, triunfos inolvidables como el del campeonato del Mundo de Fútbol, etc., y muchos otros parecidos que se magnifican y extienden de tal forma que a veces consiguen el efecto contrario al deseado cuando se publicitan con una buena finalidad, con lo que la gente llega al hastío.

Les pongo un ejemplo: Por qué hay que hablar todo el día y el siguiente de la Lotería de Navidad, poniendo en los medios a los ganadores una y otra vez delante de la grandísima mayoría de perdedores que han quedado fastidiados tras el sorteo. Yo me pongo malo. Claro está, si me hubiera tocado estaría muy alegre y quizás me gustaría que me vieran en los medios, pero creo que mucha gente prefiere seguir en el anonimato, por eso de los problemas de seguridad pública y demás. Pero eso a los medios no les importa, parece que está escrito en el guión, que hay que seguir dando la misma jodida noticia en los medios porque es lo que toca. Y con ello, le damos publicidad al mismo organismo, que por cierto pronto se privatizará, y hacemos el caldo gordo a la Administración, que se lleva el mejor pellizco de toda esta situación, que eso tampoco lo cuentan.

Y mientras tanto, unos y otros nos miramos en la cara de esos que ríen o lloran porque les ha tocado un poquito de felicidad en forma de euros, y que dentro de muy poco, quizás días o semanas, o meses, volverán a la misma rutina diaria que el resto de los mortales, porque por desgracia, el dinero se acaba, como todo aquello que es material y perecedero al tiempo.

Por eso me gustaría que todos reflexionáramos sobre este particular.

¿Por qué tenemos que sufrir esta dictadura de los medios de comunicación?

¿Es que nadie se da cuenta de que nos están atontando y aborregando cada día más con las mismas estupideces de ciertas cadenas de moda? ¿Es que nadie defiende a los espectadores, lectores u oyentes de este país?.
¿Por qué permitimos que juegen con nuestra opinión, valiéndose de métodos de control social que ya han sido largamente estudiados y sobre los que se ha escrito mucho, sin que ningún político, periodista y defensor público se rebele contra este control?

¿O es que no queremos que nadie nos defienda, porque lo consideramos, curiosa contradicción, precisamente una intromisión en nuestro derecho a saber?

Difícil dilema, pero toca pensar en ello, y mientras, yo me quedo con los documentales de la segunda y con la lectura de buenos blogs con información variada, actual y completamente independiente.

¡Ah!, por cierto, y dejen de fumar, que no es bueno para su salud.

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