Pongamos las cosas en su sitio. Lo primero es que los sueldos de los futuros agentes de la Policía Autonómica serán pagados por el Ministerio del Interior (siempre que exista asignación presupuestaria para ello, cosa que no depende del Gobierno de Canarias, sino del Gobierno estatal); el resto de los emolumentos que cobrarán estos policías y que los diferencian muy gravemente de los otros cuerpos estatales, como pueden ser los complementos específicos, genericos, insularidad, dietas, especialidad etc..., lo deberá asumir el Gobierno Autónomo respectivo de sus propios presupuestos y supondrá sin duda un buen pellizco a las arcas regionales.
Por ello, y como consecuencia lógica de este simple pero importante planteamiento, por cada Policía Autonómico nuevo para el que se asigne presupuesto por parte del Estado, habrá que detraer o retirar de la plantilla de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, es decir, Policía Nacional y Guardia Civil, el mismo número de efectivos de la plantilla de la Comunidad Autonómica respectiva.
Por eso señores, de policía complementaria nada de nada, eso es simplemente una falacia. Si se desarrolla finalmente, la PAC será una policía de sustitución, uno a uno, de los efectivos de una por los de la otra.
En sus manos está seguir adelante con este proyecto o reflexionar justamente sobre lo que mejor conviene a la seguridad de estas Islas, para evitar el indudable coste que para la Seguridad de los canarios tendrá el desarrollo de este proyecto nacionalista.
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