A las 16:00 horas de hoy ha
finalizado oficialmente el dispositivo de búsqueda establecido para la
localización del deportista Víctor Martín Teni, extraviado al parecer en el
Parque Nacional de Las Cañadas del Teide desde el pasado día de año nuevo,
buscado por personal de múltiples unidades en un despliegue que ha llegado a
contar en algunos momentos con más de trescientas personas.
Llegado este momento de
frustración por no haber podido hallarlo en ninguna condición, después de más
de una semana sin tener conocimiento de su situación y temiendo lógicamente lo
peor que no es otra cosa que su casi seguro fallecimiento (ojalá me equivocara
y aparezca de repente en cualquier lugar sano y salvo), es ocasión de realizar
una seria reflexión de cuanto ha rodeado a este caso, en cuanto al desarrollo
de la búsqueda de una persona en presumible riesgo por las condiciones del
lugar y otros elementos a tener en cuenta.
Lo primero es que debemos de
partir de la premisa de que hechos como éste son a causa generalmente de
errores humanos, en el momento de plantear la realización segura de ciertas
actividades a las que nuestro amigo Víctor precisamente estaba muy
acostumbrado, como pueden ser la de ir acompañado, dejar claro lo que se va a
hacer, el horario, el itinerario, los medios de localización personal, la
vestimenta, el calzado, el abrigo, los alimentos o hasta los medios de
emergencia en caso de accidente, como pueden ser bengalas, linternas o flashes,
etc.…
Cierto que pretender que un
corredor de trial o de montaña lleve semejante equipaje encima para cada
carrera o entrenamiento que realice de forma más o menos habitual quizás sea
muy exagerado pero el riesgo está ahí, sobre todo por el lugar donde se va a
realizar, de altura y complicación meteorológica como el frío o la limitación
de luz, o incluso por ser un lugar apartado de la circulación o paseo de otros
que pueden servir de ayuda en caso necesario.
Aún así, hay equipamientos muy
reducidos que se pueden llevar en una pequeña mochila de espalda que solventan
esta necesidad, pero siempre después de haber informado al menos a alguien de
nuestra aventura, para que al menos nos echen en falta en caso de pasar un
límite horario. En este caso los teléfonos móviles de última generación suelen
solventar muchos de estos problemas, porque pueden ir delatando nuestro
recorrido, lo que nos sirve de medida de seguridad y pronta respuesta en caso
de extravío.
Una vez se ha producido la
desaparición de esta persona, si los
indicios apuntan claramente a que se puede hallar en situación de peligro,
riesgo para la vida o su integridad personal, se debe acudir a su búsqueda en
cualquier caso, con todos los medios que la situación descrita o el escenario más grave pueda dibujarnos, basado
en experiencias, conocimientos técnicos y todas las circunstancias que ese
momento nos inviten a plantear unas hipótesis de riesgo que en caso de dejar
pasar el tiempo se puedan convertir en peligro o finalmente en desgracia; estas
pueden ser la proximidad del ocaso, meteorología adversa, edad avanzada o
menor, estado mental, conocimientos de la zona, experiencias vitales, medios
que se supone llevaba consigo el desaparecido, lugares peligrosos como grutas,
cuevas, pozos, galerías, barrancos, montañas, acantilados, riscos, etc…
Disponiendo desde el primer
momento de los medios más adecuados y enviándolos para su plena aplicación
cuando son oportunos y congruentes se consigue muchas veces superar la
dificultad de las primeras horas, reduciendo el riesgo y asegurando el éxito de
la búsqueda, la localización a tiempo y un salvamento sin mayores riesgos que
los que la situación comporta.
Si se decide su envío gradual
porque no se tiene plena conciencia de las circunstancias antes descritas y que
rodean a dicha situación, por dudas, inseguridad o simplemente por cicatería,
lo único que haremos será trasladar ese inconveniente a la situación de riesgo,
aumentando las posibilidades de fracaso y ocasionando con ello probablemente la
pérdida de un tiempo precioso que luego puede faltarnos incluso para salvar una
vida.
Para eso las personas encargadas
de realizar estos estudios o planeamientos deben ser personas preparadas,
técnicos especializados en estos cometidos, operativos destacados que tengan la
preparación adecuada, los medios necesarios y sobre todo la independencia en su
trabajo para que no se vean presionados en ningún momento más que por el recto
proceder de su conciencia y conocimiento; no deben ser por ello, políticos ni
liberales que aspiren a serlo, tampoco deben ser personas que se dobleguen ante
este estamento o ante la opinión pública.
Una vez se ha iniciado un
dispositivo se tiene que tener en cuenta todo, los antecedentes, la situación
presente y los acontecimientos futuros, es una situación que siempre suele
alargarse en el tiempo y por ello hay que estar preparado también para el
cierre de la misma sin obtener el resultado deseado, como es en el caso de
Martín Teni.
Después de cinco días de intensa
búsqueda de muchos operativos, agentes y amigos del desaparecido se tiene que
dar por cerrada esta operación pero en este último día se ha ido generando un
malestar que ha tenido una serie de repercusiones en el dispositivo, con el
inicio de una campaña para conseguir el despliegue de más medios, otros medios
diferentes de los habituales precisamente en un día previo a una situación
meteorológica que a partir de esta misma tarde se puede tornar muy adversa, tanto
como para aconsejar que no quede absolutamente nadie sin controlar en el Parque
Nacional del Teide, porque seguramente se verá afectado de mucho viento, frío
intenso y una copiosa nevada, meteoros poco propicios para andar buscando en
medio de la alta montaña y que han obligado a suspender la búsqueda hasta mejor
ocasión.
Las presiones nunca son buenas y
menos en medio de una situación como ésta, créanme cuando les digo que sé de lo
que hablo.
Podemos discutir si los medios
empleados desde el primer momento fueron los adecuados, necesarios, justos o
no, pero no podemos ni debemos ejercer presiones sobre los ejecutantes del
operativo que llevan ya muchos días de trabajo y sacrificio porque podemos
someterles a una situación en la que por un exceso de celo cometan errores que
luego se conviertan en tragedias añadidas o colaterales; si presionamos para
que acuda un medio aéreo por ejemplo, y las circunstancias meteorológicas son
adversas, estando además al octavo día de su desaparición, podemos obligar a que
una tripulación vuele forzada por la situación mediática, solo para salir en
las noticias para que evitar que a algún político le saquen los colores, generando un
riesgo añadido innecesario y poco edificante.
¿Qué haremos entonces de ahora en
adelante cada vez que demos por perdido a alguien en nuestra tierra? ¿Enviaremos a la UME directamente a buscar
sin haber sopesado todos los condicionantes anteriores? ¿ Qué queremos, una
Protección Civil activa y dotada de recursos adecuados gestionados por personal
eficiente o al ejército de Pancho Villa que sale en tropel sin saber ni dónde,
ni cuándo ni qué buscar…?
Yo personalmente pienso que es
mejor aprender de los errores, que han sido muchos hasta ahora, porque no hay
más que sacar a la luz casos de búsquedas de personas que no estaban perdidas
sino escondidas, de viaje o simplemente en otro lugar distinto, consumiendo
muchos recursos de todos los ciudadanos que pagan sus impuestos y no merecen
semejante desprecio. Por eso se sacó un decreto, para que pagaran por las
imprudencias aquellos que las cometieran y todavía no conozco el caso de nadie
que haya satisfecho ninguna multa en ese concepto.
A pesar de todo lo anterior, seguiremos cometiendo errores, porque somos humanos; unos lo harán perdiéndose o poniéndose en riesgo sin tomar las medidas o precauciones adecuadas, y otros no tomando las mismas prevenciones en la resolución de estas situaciones, créanme que es algo inevitable.
Pero repito, presionar el último
día para hacer variar un dispositivo por muy incompleto que pueda parecer a los
ojos de familiares y amigos entre los que mi incluyo, no consigue otra cosa que
generar dudas, aumentar la angustia y el desasosiego de unos y otros, confundir
a la opinión pública y menospreciar el trabajo de muchos que a diario se
sacrifican por velar por la seguridad, el bienestar y la vida de todos.
Presionemos en otro sentido, y
seguramente conseguiremos entre todos mejorar el sistema, consiguiendo los
mejores medios, los más adecuados, la mejor formación del personal, una
conciencia de la seguridad y de la protección civil más cívica y menos politizada;
presionemos para que las islas tengan todas los medios necesarios para asegurar
esta Protección Civil, con mayúsculas, no la que otros intentan manejar para
manipular la realidad; presionemos para que los helipuertos sanitarios funcionen
las 24 horas, para tener combustible de emergencia en todos los aeropuertos
todo el año, para que haya bomberos en todas las islas, incluso en las comarcas
más alejadas; presionemos para que los senderos, barrancos, caminos,
acantilados y lugares de visita con riesgo para las personas estén debidamente
señalizados, informando de sus peligros con toda claridad y de las
consecuencias de los incumplimientos de las medidas coercitivas que se impongan
por la autoridad; presionemos para que se dé cumplido aviso de los riesgos sean
los que sean para la población sin alarmismos ni sensacionalismos, y si no se
conoce el alcance al menos que se cuente con la opinión de los expertos -aunque
no sean de su partido, señor presidente-; presionemos para que se realicen los
planes y mapas de riesgo de todas los aspectos que puedan afectar a la
población, sean de incendios forestales, desprendimientos, volcanes,
terremotos, inundaciones o tsunamis, etc…; presionemos para que a nuestros
hijos se les forme en las escuelas desde pequeñitos en la Protección Civil,
para que aprendan qué es, para que sirve y que se espera de ellos en el futuro,
aprovechando para educar a las nuevas generaciones en una conciencia cívica diferente
a la nuestra, mejor y más duradera; presionemos en fin en todo aquello que
pueda ser beneficioso para nuestra sociedad, por ejemplo, para que se pongan
puntos de control especiales en los Parques Nacionales donde informar de lo que
se va a hacer previamente a la entrada y que se revise si se cuenta con los
medios adecuados para hacerlo, avisando también a la salida que deberá ser prevista
en ese momento previo…, ¡¡¡ que se yo!!!, centenares de ideas que ustedes seguramente
tienen y que ahora no puedo expresar pero pueden ser adecuadas para mejorar lo
que ahora está en cuestión, que no es otra cosa que la protección y la
seguridad de todos, de cualquiera de nosotros, en cualquier momento.
Seamos reflexivos, profundamente
reflexivos antes de lanzarnos a una campaña que puede conducir a otros a una
situación que todos podemos lamentar, generando con nuestra impaciencia y
angustia seguramente justificada, un riesgo que otros no deben correr si no es
imprescindible.
Las medidas y los materiales para
construir una casa deben ser tomadas las primeras y estimados los segundos antes
de ponerse a construir, en otro caso puede que tengamos un desastre.
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