Desde primeros de este año 2009, llevamos al menos una cincuentena de contenedores de basuras incendiados de forma absurda y salvaje en la localidad de Santa Cruz de Tenerife, hechos que se han repetido cada vez más intensamente en esta última semana. Estos incendios además suponen un riesgo grave para la seguridad de todos, ya que se hallan en nuestras calles y en algunos casos han afectado a vehículos aparcados en las inmediaciones, siendo esta circunstancia especialmente grave, ya que los autores parecen preferir los que se hallan en la cercanía de aparcamientos, siguiendo una extraña pauta que convendría analizar y estudiar.
Aparte está el innegable perjuicio económico que supone la quema de este mobiliario de servicios urbanos, que se estima en unos 800 € de media por contenedor, lo que supone a estas alturas unos 40.000 €, osea mas de seis millones y medio de las antiguas pesetas, que no es dinero para despreciar sobre todo con la crisis que estamos padeciendo.
Pero es que esta extraña moda no se limita a este municipio, ni siquiera a esta isla o archipiélago, es que en toda España se han producido hechos de este tipo, asociados en algunos casos a la Kale Borroka como en Euskadi, a fenómenos de violencia radical asociada al deporte, como en Madrid o Valencia, a la marginación social, como en Almería, Extremadura... etc.
Pero es en Canarias, y concretamente en Santa Cruz de Tenerife, donde estos hechos están tomando un cariz muy peligroso, porque si no son abordados por las autoridades con seriedad y presteza, si no se investigan con la seriedad que requiere la situación, si no se persiguen estos hechos con la intensidad que precisan, nos veremos ante una situación enquistada y tan habitual que puede afectarnos no solo en nuestra vida cotidiana sino mucho peor, afectar a la imagen de seguridad y paz que siempre hemos ofrecido a nuestros visitantes, fuente de riqueza principal para nuestra sociedad.
Se que se han producido algunas detenciones en estas fechas, pero siguen reproduciendose los incendios, y con un salto cualitativo, ya que hasta el momento se limitaban a quemar en horas nocturnas o próximas a la noche, pero este último fin de semana, han incendiado unos contenedores a las tres de la tarde, lo que supone un absoluto descaro, una provocación y una burla a nuestras fuerzas de seguridad, que deben tomar cartas en el asunto con toda celeridad.
Estos hechos, aunque sean de los que suelen nominarse como terrorismo de baja intensidad, son lo suficientemente graves como para que nuestros gobernantes y bajo su mandato, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, establezcan cuanto antes un plan de acción coordinado para afrontarlo, investigando los hechos, las pautas, los horarios, las frecuencias y los posibles autores, tanto por las motivaciones si existen como si obedecen a algún tipo de acción coordinada, o está detrás de la misma alguna organización, sea del signo que sea.
Además de lo anterior y de forma paralela las autoridades judiciales deben aplicar la ley con toda la durecza que exige el estado de derecho, para que una de las finalidades de esta aplicación como es la ejemplaridad de las condenas, cumpla su cometido de una manera eficiente.
Ahora estamos a tiempo de atajarlo, si dejamos de afrontar su solución a lo peor nos estalla en la cara algo mucho más grave.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Si lo que has leido te ha gustado o no, espero tu comentario, gracias.