jueves, 2 de enero de 2014

AÑO NUEVO, CARAS VIEJAS...

Recién acabamos de entrar en el nuevo año 2014, y parece que a nuestro alrededor no han cambiado muchas cosas a pesar de que algunos que siguen en el mismo sitio que hace un año se empeñen en hacernos ver el lado positivo de una moneda que hasta el momento presente tien dos cruces a ambos lados.

Es el caso del Sr. Rivero, presidente de Canarias por la gracia de una pirueta política continuada desde hace ya un par de legislaturas, que en su último mensaje de fin de año, nos ha vuelto a repetir las mismas cosas que dijo la pasada edición, y la  anterior, y la anterior de la anterior... http://www.diariodeavisos.com/2013/12/rivero-2014-sera-primer-ano-etapa-oportunidades/

Es muy difícil escuchar a este político sin ruborizarse o sin que te entre un dolor de estómago que te cambie hasta el humor y las ganas de empezar cada día. Esas palabras vacías, esos mensajes copiados, esas reflexiones huecas no tienen otro destinatario que los miembros de su propio pesebre clientelar, porque para el resto de los sufridos ciudadanos de esta tierra poco aportan, más que un poco más de lo mismo, apuntándose por cierto a una supuesta mejoría que después de escucharlo parece como si a partir de esta semana fueran a repartir billetes de 50 euros por la calle, eso sí, de uno en uno, para que la gente no se atragante.

Seguramente el personaje no midió debidamente sus palabras, y a fuerza de ser pesado repitendo una y otra vez que la crisis estaba superada, llegó a decir que "...el año 2014 será el primero de los años buenos que nos quedan por pasar..." en una tierra donde esta misma semana sigue habiendo gente pasando hambre y penurias, niños que no podrán desayunar, miles de parados y sin ninguna ayuda, listas de espera interminables, dependientes que se mueren abandonados, etc... 

¿Qué pasa con esta situación que refleja la verdadera realidad de Canarias, Sr. Rivero?...

El que le escribió el discurso grandilocuente que se mandó ayer, Sr. Presidente, vive en otra burbuja parecida a la suya, la misma que en la que están inmersos todos los que conforman la clase política dominante en Canarias, la estirpe de politicuchos de medio pelo que le aplauden y le arriman el ascua al mismo tiempo, los que le jalean y le apuñalan por la espalda, aquellos que piensan seguir muchos años más mamando de lo público, porque mientras en nuestro archipiélago se ha desatado la peor versión de la crisis ustedes han seguido viviendo de "puta madre", con perdón por lo de madre, disfrutando de sus prebendas, colocándose en los puestecitos creados para su supervivencia en medio de una situación que ha llevado a muchos canarios a la quiebra, la miseria, el deshaucio o la desesperación. 

Ustedes, impresentables encorbatados de maletín de ida y vuelta, que todos los días se pasean de aquí para allá en coches oficiales, con teléfonos de tarifa plana, con viajes pagos y disfrutando de dietas hasta por pulsar un botón, han engordado de forma grosera con esta crisis; pero no solo ustedes, también sus amigos y correligionarios, a los que han enchufado en puestos de consejeros o asesores, llegando hasta el punto de renunciar a puestos dobles para poder colocar al siguiente de la lista, ¡¡¡que la paguita es la paguita!!!.

Mientras perpetran este latrocinio público con usted a la cabeza, los canarios pasan hambre y sed de justicia, esa es la realidad de nuestro archipiélago, desafortunado por contar con semejantes gestores de lo público, porque ustedes no ha cerrado ni uno solo de esos chiringuitos para gastar el dinero de todos, al contrario, los han potenciado; si han cerrado alguno ha sido a costa de los trabajadores que luego han dejado en la puñetera calle, para cambiarle el nombre, duplicarle el presupuesto y blanquear sus gastos como solo ustedes saben hacer, engordando a los mismos de siempre, los que les hacen las campañas publicitarias, les manipulan los informativos y domeñan en cierta forma a la opinión pública y publicada.

Y que decir de las campañas mediáticas para enfrentarse a su "Kriptoníta" política, el Ministro Soria, al que planta batalla con el dinero público en el culo de todos los canarios, haciendo suya una guerra inútil y estéril cuando por cierto el destino ha venido a espetarle en toda la jeta en estas navidades un mensaje que debiera de hacerle reflexionar,ya que curiosamente la Loteria Nacional ha dejado un rastro de millones en el sur de Tenerife, en una zona muy castigada por el paro de la construcción precisamente de la mano de un empresario que regenta un grupo de gasolineras de REPSOL, ese nombre maldito que no le permite conciliar el sueño por las noches... ¿será acaso porque usted está comprometido con otra empresa diferente que no se ha podido llevar ese pastel?; y en último caso con el varamiento de un buque de combustible en la costa marroquí de Tan Tan, que su staff político-mediático se apresuró a publicar como un accidente de un petrolero que ya tenía vertido de crudo en la costa cercana a Canarias y que pronto llegaría ese vertido a nuestras aguas... Y con ello lo único que ha conseguido es que muchos tour-operadores se replanteen el traer más turistas a esta tierra, o variar el destino de Lanzarote ante tal nefasta situación que ustedes daban como algo inefable...

A veces, como cantaba Sabina, "parece que el destino te quiera gastar una broma macabra", y quizás sea eso lo que le ha pasado a usted, Sr. Presidente, porque ese varamiento de la arena de una playa, no es más que un símbolo de lo que es su política, un naufragio, un desastre ecológico sobre todo para la principal de las especies de esta tierra, el canario, pero no los pajaritos que usted se gusta de cuidar con cariño y dedicación, no señor, son los hombres y mujeres que día a día tienen que superar esta difícil situación y con su esfuerzo pagan los impuestos que luego ustedes malgastan, despilfarran o dedican a cosas peregrinas que no benefician más que a unos pocos.

Por cierto que al Baltasar literato que le escribió el discurso de fin de año, le deseo que pase por todo lo que muchos de nuestros paisanos canarios han pasado, pasan o están pasando en estos precisos momentos, sin que usted en su lectura se acuerde de ellos, a los que no dedicó ni una sola palabra de consuelo o esperanza, porque la recuperación que usted pinta es la de los de siempre, sus amigos, los que le pusieron donde está y los que le mantienen en el cargo.

Canarias no va bien ni mejor gracias a lo que usted no hace, Sr. Presidente, todos sabemos que la situación es coyuntural, que trasciende las fronteras y que debe cambiar porque los indicadores macro-económicos apuntan a ello; también es así a nivel nacional, no hace falta hacer mucho, solo es necesario contener el gasto, y esperar a que los demás vuelvan al paraiso del dinero fácil, de las burbujas económicas y del blanqueo o la defraudación consentida, a un pais donde todo se paga por el doble del precio real, donde los emprendedores carecen de otra educación que la de intentar ganar en el primer més todo lo invertido, sin pérdidas, y así les va; donde todo el mundo pretende vivir por encima de sus posibilidades, haciendo ostentación de aquello que no se es, engañando para quedar siempre por encima de los demás; una país donde la envidia es el pecado capital que todo lo ensucia y enmaraña, un país insolidario en general, dondo nos preocupamos más de lo que hacen los otros que de hacer lo que nos toca a cada uno... 

Por eso se aprovechan estos listos, en ese caldo de cultivo social se mueven como peces en el agua los que componen la estirpe política de las últimas décadas, aquellos que, salvo honrosas y honradas excepciones, no han trabajado en otra cosa que no sea en la gestión pública, empezaron por apuntarse a un partido cuando jóvenes y mírenlos ahora, con pensiones vitalicias después de un par de legislaturas, colocados en los consejos de empresas públicas o semi-públicas que luego nos suben la luz, el gas, el agua, los transportes y hasta los entierros.

Porque aquí todo el mundo se ha colocado, muchos lo han hecho con sus familiares, esposas, hijos, hermanos, tíos, primos y hasta sobrinas en algún sonoro caso, ésta es la teta política de la que hay que seguir mamando hasta que se agote. ¿Cómo se puede vender que usted se haya construido una mansión en su pueblo precisamente ahora con la que está cayendo, es que acaso cree que somos imbéciles?

Ahora llegarán las mejoras, seguro que si, pero no a fuerza de su trabajo, Sr. Presidente, sino porque otros confían en nuestro pueblo, en las oportunidades que ofrece, en la voluntad y el tesón de los canarios, de todos los españoles, y vuelven a mirarnos como una oportunidad de negocio, con mejores condiciones para la contratación empresarial, más barata a costa de perder muchos derechos, pero no queda otra al menos en el comienzo.

Ustedes no han creado ni un solo puesto de trabajo que no sea para sus afines, Sr. Presidente; ese es el legado que dejará a Canarias.

Y llegado el final del tunel, ustedes, los privilegiados de la casta política habrán cumplido su sueño, habrán engordado sus bolsillos, habrán mejorado económicamente quedando al margen de las miserias sociales, consiguiendo llegar al término de sus mandatos además con la mentira de que nos han sacado de la crisis, una hipocresía propia de fariseos que sin duda les hará volver a ganar el favor de la mayoría de los ciudadanos que ni entienden ni quieren hacerlo, porque ese es el motivo de empobrecer la educación del pueblo, de manipular los medios, de recortar derechos, de influenciar a la sociedad dándoles pan y circo cuando toca, es decir, cada cuatro años, para gobernar a un rebaño inmenso con solo un par de perros.

Solo me queda decirle que cada vez hay más gente que no se cree sus discursos, ni éste ni ningún otro Sr. Presidente, y la próxima vez que se presente ante sus ciudadanos hágalo con un poco más de humildad, sin esa actitud de soberbia y altanería que últimamente le viene caracterizando. 

Sus conciudadanos, que no vasallos, se merecen un respeto, tanto como el cargo que usted ocupa, Sr. Presidente, que tan indignamente está usted llevando... se lo recordarán con el tiempo, cuando usted ya no esté en política y vuelva a la realidad de la calle.

Para otra ocasión, Sr. Presidente, procure usted dar su discurso sin haber brindado o espere al menos a que todos estemos ya borrachos, para que no podamos recordarlo.

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